lunes, 25 de noviembre de 2019

Imperial Assault: En un rincón

Misión XI de la campaña



Comentario de la partida propuesta

Después de rescatar a Lorn nos ha pasado los datos de algunos de sus informadores. Hemos contactado con un grupo de "agentes libres" y nos reunimos con ellos en una cantina. Esta vez, una alejada de cualquier base imperial. Pero ninguna precaución es suficiente: nos interrumpe una patrulla de soldados imperiales y toca correr de nuevo.

La partida dura 7 turnos y es una auténtica carrera desenfrenada. Hay que conseguir llegar al deslizador mientras esquivamos las patrullas. Aventura estresante, donde la movilidad es fundamental y hay numerosos obstáculos.

Valoración de la misión

- Argumento: 11/20 - La misión nos envía a recoger más información sobre la Esfera de Bardottan. Pero al final lo único que se consiguen son disgustos. No es demasiado relevante dentro de la campaña.
- Dificultad: alta. Hay que avanzar continuamente mientras van llegando enemigos. No es posible detenerse a limpiar demasiado. Además, los personajes se desorientan y en el mapa no consta el punto de salida. Hay que ir probando.
- Claves (cuidado spoiler): en el tablero hay 2 direcciones posibles. No hay una buena y una mala. El punto de salida solo aparece después de explorar todo el mapa.

Mapa por fases: cuando al master necesita estudios universitarios

Comentario rolero

Sentado detrás de una taza de té, Lorn demuestra ser una gran conversador. Nos explica algunas de las excavaciones en que ha participado. También nos habla de sus conquistas y de cómo se vio atrapado en el bando imperial cuando cayó la República. Pero un hombre de sus recursos no podía dejar de aprovechar la oportunidad de infiltrarse en el Imperio para ayudar a los rebeldes.

Al día siguiente de la primera reunión del sabio con Lamia Dodonna ya nos encargan un nuevo trabajo. Un pareja de conocidos de Lorn descubrieron una pista sobre la Esfera de Bardottan. Siendo algo tan reciente e importante, hay que contactar con ellos. ¡Partimos de inmediato!.

Hemos aterrizado en una zona llena de almacenes de sospechoso aspecto. Allí nos espera un ruinoso droide que al recibir la tarjeta de identidad de Lorn se da media vuelta y nos dirige a la cantina donde nos esperan sus amos. Gar protesta porque no quiere dejar el deslizador solo en un lugar así, pero estaremos fuera menos de una hora. Como mucho nos robaran las luces o los asientos. ¡Si por el fuese incluso lo tendríamos asegurado!.


Al entrar en el local nos estaban esperando Marhuden y Lecty en una esquina. Ko ha carraspeado decepcionada. No tienen aspecto de espías ni de profesionales. De hecho se les ve bastante nerviosos. Vale, acepto que dos wookies juntos impresionan. Pero ya estaban avisados de nuestra llegada. Pedimos todos cervezas agáricas y nos disponemos a escuchar a nuestros interlocutores.

- Debéis saber -nos indica Lecty sin dejar de mirar alrededor- que la Esfera ya no existe. Fue destruida mientras estaba en poder del Consejo Jedi. No sabemos por qué y tampoco debió ser importante. Sus restos fueron profusamente examinados y...

Se abre la puerta de la cantina y entra una patrulla de soldados imperiales. Apenas dudan un segundo y nos señalan. ¡Algo ha fallado!.

-Los sentimos amigos -se excusa Marhuden mientras huye-. Dijeron que matarían a nuestras familias si no os traíamos a este lugar.

Haber sido traicionado siempre me mosquea. Me ha pasado siete veces ya (sin contar engaños entre mercenarios, en casinos o relacionados con aventuras amorosas). Pero no he tenido tiempo de protestar antes que Drok se levante y barra la entrada del local con su lanzagranadas. Una de sus granadas desmiembra a unos de los soldados y derriba a otro. El oficial ha dejado caer su arma y tiene el uniforme manchado de sangre. Son apenas dos segundos de pausa, pero eso le basta al wookie para recargar su arma y lanzar otra granada. Solo uno de los soldados sigue armado. El resto del grupo se ha jubilado definitivamente.

-Si nos han hecho venir a este antro -expone nuestra líder mientras aprieta los dientes con fuerza- deben tener todas las salidas cubiertas. No tenemos tiempo para eso. ¡Gar! ¡Jar!: id hacia la izquierda. Buscad puertas atascadas, ventanales a calles amplias, lo que sea. ¡Drok!, ven conmigo, miraremos por el otro lado.

Tengo que reconocer que separarnos es una buena idea: exploraremos una área mayor y también impediremos que las fuerzas imperiales se concentren. Eso sin contar que no estaré cerca de las granadas de Drok. Lleva más él en su bolsa que toda una compañía de imperiales.


He abierto camino por nuestro lado hasta el primer comedor donde había dos soldados antidisturbios. Apenas he tenido tiempo de activar a Amaz para que me ayudase a liquidarlos cuando mi compañero wookie ha cargado contra ellos. 

Al primer enemigo el escudo no le ha servido de nada. Si el hachazo no lo ha desmembrado ha sido gracias el escudo. Pero lo que ha quedado debajo del escudo después del golpe ya no se movía.

El segundo antidisturbios ha retrocedido pero los disparos de Amaz lo han entretenido suficiente. Gar ha recuperado el equilibrio y se ha colocado detrás del enemigo que ya descansa en paz. En ese momento llegaba otra patrulla de antidisturbios pero al ver el espectáculo han retrocedido.

En el lado opuesto nuestros compañeros han encontrado unos rivales más serios. Apenas han entrado en la siguiente sala que les ha salido al encuentro un trío de soldados imperiales. ¡Un comando de élite nada menos!. Todos con su enseña negra en la armadura.

Ha habido un duro intercambio de disparos entre los dos bandos. La rápida reacción de Ko ha impedido que nuestro cuarteto se convirtiese en un trío, sin embargo apenas ha podido evitar una herida en la pierna y quemaduras en la espalda. Drok ha tenido más tiempo y apuntando con exactitud ha acabado con uno de los soldados. Cada uno parapetado detrás de una mesa, varias cajas o incluso de un cubo de basura el intercambio de disparos ha proseguido. La pericia de los imperiales se notaba en lo bien que se protegían y la certeza de sus disparos. Aún así, la excepcional puntaría de nuestra líder y una granada del wookie ha inclinado la balanza hacia nuestro lado. El precio: Ko herida y Drok chamuscado.

Cada grupo ha seguido avanzando los más rápido posible mientras se oían alarmas, apresuradas carreras y la gente se tiraba al suelo temblando al borde del pánico. Luchar en estas circunstancias ha sido muy desagradable. Había que disparar con cuidado de no herir inocentes y sabiendo que cualquier patrulla podía aparecer a nuestras espaldas.

Hago ¡Chas! y aparezco detrás

Los dos antidisturbios que han retrocedido ante la visión de Gar y sus cargas han dejado de huir al incorporarse un oficial (también de élite, con insignias, condecoraciones y mucha sangre fría) a su grupo. He avanzado recibiendo disparos y con Amaz intentando apoyarme. La distracción ha funcionado y Gar ha conseguido llegar íleso hasta ellos. ¡Otro punto para la rebelión por muerte de un enemigo!. El segundo antidisturbios ha seguido huyendo e incluso el oficial ha dudado.

Con el enemigo distraido, he avanzado para encontrarme que el pasillo desembocaba en una callejón sin salida. ¡Por aquí no podemos salir!. Confiando en que Ko y Gar hubiesen tenido más suerte, he avisado a mi compañero y he salido a la carrera hacía nuestros amigos. Refunfuñando, Gar me ha seguido. El oficial, sorprendido por su buena suerte, ha dudado unos segundos. Cuando ha empezado a seguirnos Amaz lo ha interceptado. Mi fiel robot apenas ha aguantado unos momentos antes de caer, pero ya teníamos ventaja suficiente.

En el otro extremo del local las cosas han pasado de complicadas a endiabladas y luego a imposibles. Drok ha encontrado una salida al exterior sin soldados imperiales. Ni uno. En su lugar, había un inmenso AT-DP y dándole instrucciones el mismísimo Darth Vader. Aquí se ha acabado el actuar como grupo. ¡Había que huir cómo fuese!.

Cuando Drok ha querido retroceder hacia Ko, ha aparecido detrás una patrulla de soldados de asalto. Atrapados entre dos fuegos, se ha desatado la locura. Nuestra jefa ha conseguido eliminar a uno de los enemigos, pero la turbadora figura del Lord Sith ha llegado hasta ellos y con un brutal mandoble los ha dejado a ambos malheridos. Ko ha intentado pasar entre las piernas del AT-DP para llegar al deslizador, más un disparo del bípedo imperial se lo ha impedido. Unos pasos por detrás, Drok centraba todos su esfuerzos en evitar se partido por la mitad por Darth Vader. Algunas heridas en hombros y brazos han ido apareciendo. En un momento dado el Sith ha alzado su mano y el wookie ha salido despedido contra una pared.

A pesar de correr con todas nuestras fuerzas, cuando hemos llegado a su lado había poco que hacer. Ko y Drok estaban en el suelo, gravemente heridos y desarmados. Gar ha cargado contra Vader pero el AT-DP le ha disparado y lo ha lanzado volando por la sala. El wookie se ha levantado para intentarlo de nuevo a pesar de estar sangrando profusamente, más otra patrulla de soldados de asalto ha llegado y no ha podido avanzar en absoluto sin perder la cabeza en el intento.

No he visto otra solución y me he lanzado a correr entre los enemigos en dirección a la lanzadera. Me movía tan rápido que mis rivales me parecían simples fantasmas. No recuerdo exactamente que ha pasado. Según Ko, he esquivado a media docena de soldados, al mismísimo Vader y al AT-DP. He conseguido llegar hasta el deslizador justo a tiempo de encontrarme con dos droides sonda.  Los soldados me han seguido corriendo y los proyectiles del inmenso bípedo han destruido el deslizador, ahora una humeante chatarra. El fuego se ha extendido por la plataforma y he conseguido escabullirme entre el humo y los aturdidos enemigos.

Minutos después he llegado a un punto de extracción que habíamos acordado previamente. Allí estaba Gar atendiendo las heridas de Ko. Mientras todo el mundo me disparaba han aprovechado para retroceder un poco y con el llamativo estallido del deslizador nadie se ha fijado en los explosivos que Drok ha hecho detonar contra una pared. Por allí han huido los tres. Aunque Drok se ha rezagado para colocar algunos explosivos por si nos seguían. Ahora a explicarle a Lorn que posiblemente ya no tiene contactos en Coruscant. ¡Que dolor!. Ni armaduras ni entrenamiento en evasión: lo que necesito son unas vacaciones.






domingo, 5 de mayo de 2019

Imperial Assault: El Topo

Misión IV de la campaña



Comentario de la partida propuesta

Lorn, el historiador especialista en ruinas y artefactos de la Fuerza ha estado investigando la Esfera de Bardottan. Los cuatro mercenarios deben infiltrarse en el antiguo edificio del senado, acceder al despacho del historiador y obtener toda la información posible para tomar la delantera al Imperio.

La partida dura 7 turnos, aunque hay "eventos" que suman turnos así que el tiempo puede llegar a ser muy justo. Además, las reglas contemplan avanzar en modo sigiloso (que no sin violencia). La primera parte de la misión es muy "Metal Gear Solid". También hay un gracioso guiño de humor. Aventura recomendable, que no debería llegar a durar dos horas. Y muy majos los droides centinela.

Valoración de la misión

- Argumento: 14/20 - Otra misión en la que se sigue una pista anterior. Pero no se descubre nada importante. Sin embargo, la parte de infiltración es entretenida. Sobre todo si llevas un par de wookies.
- Dificultad: Media. La aventura no es difícil, pero si falla la infiltración y empiezan los disparos, simplemente no hay tiempo de completarla. Además los droides centinelas son buenos hiriendo jugadores. 
- Claves (cuidado spoiler): puede parecer que no hay demasiados enemigos, pero hay un momento dado en que se produce una emboscada. Ahí se dispara la dificultad y toca correr al máximo.

 El Senado Imperial (antes Senado Galáctico)

Comentario rolero

La idea de interceptar a Zaaryn no ha salido demasiado bien. No desistimos de encontrarle a él y a Maul para saber qué están tramando, pero ahora mismo no sabemos exactamente dónde será su reunión secreta. Como nuestros contratadores (esos rebeldes con dinero a patadas para gastar) no quieren que nos estemos quietos, hemos buscando algo que hacer: vamos a infiltrarnos en el Senado Imperial y robar toda la información que haya reunido el erudito Lorn.

En apenas 48 horas hemos conseguido uniformes de mantenimiento, pases de seguridad y un mapa del senado. Accederemos por una entrada de servicio y fingiremos ir a sustituir los sensores bioclimáticos de una sala de reuniones de la primera planta. Esa misma estancia está conectada a los conductos de ventilación de los subniveles 4 y 5. Casualmente, el despacho de Lorn está allí, en un sector de seguridad reforzada. Sabemos que una vez salte la alarma los ascensores quedarán bloqueados. Eso nos deja solo los conductos de ventilación para abandonar el nivel. No será divertido: me sé de dos wookies que van a estar muy estrechos allí dentro.

Son las 7 de la tarde. Hemos conseguido llegar a la sala de reuniones sin llamar la atención (con Gar y Drok cargando muchas cajas y poniendo cara de esfuerzo). Descender por el conducto de ventilación también ha sido sencillo. Subir no lo será tanto. Desde la rejilla que da a nuestro destino podemos ver una amplia sala llena de computadoras. También hay un par de oficiales tecleando en las terminales, un droide sonda controlando los monitores de seguridad y un droide centinela quieto junto a una pared.

Ko ha repartido los objetivos y hemos entrado en tromba en la sala para que no tuviesen tiempo de activar la alarma: Drok ha disparado a uno de los oficiales y al droide sonda. Uno ha caído y el otro, humeando y soltando chispas, se ha girado hacia nosotros. Gar ha cargado contra el droide centinela y lo ha derribado. Luego se ha tenido que refugiar: ¡había otro droide centinela oculto!. El otro oficial ha empezado a teclear un código pero ha perdido la mano con un certero disparo de Ko. Viendo que la cosa estaba controlada he activado a Amaz y le he pedido que accediese a los sistemas de videovigilancia.

Gar y Drok han liquidado a ambos centinelas en un corto intercambio de disparos, carga y granadas incluidas, sufriendo leves heridas. Y nuestra líder ha dejado los humeantes restos del droide sonda a los pies de uno de los oficiales. 


Escenario de la aventura: el subnivel 5

En ese momento ha empezado mi trabajo: Amaz había anulado los protocolos básicos y yo me he conectado a los sensores. Eso me permitirá desbloquear las puertas del subnivel. Pero primero a espiar el resto del lugar: en la primera sala hay un droide centinela. En la contigua hay un comandante consultando datos en un pad y asistido por un droide sonda. Ninguno ha oído nuestra lucha en la cámara anterior gracias a las paredes reforzadas. Pero en cuanto abramos la puerta los sistemas de seguridad internos detectarán cualquier disparo. Vamos a tener que luchar cuerpo a cuerpo. ¡Ah! también he podido ver el despacho de Lorn: es tan grande que ocupa casi medio subnivel. Está lleno de esculturas, pantallas y sistemas informáticos. También hay un hombre de unos 60 años, delgado y vestido con una túnica. ¡Podremos interrogar al mismísimo sabio!. Después de liquidar a la pareja de antidisturbios que le acompañan, claro.

A una señal de Ko abrimos la puerta e iniciamos la carga: Gar y yo vamos a por el droide centinela. He conseguido inutilizar unos de sus brazos blaster con mi vibrocuchillo y Gar le ha partido una de las piernas de un solo golpe. Completamente desestabilizado, la unidad ha caído al suelo.

Pero las instrucciones no habían sido igual de claras para todos: Drok ha disparado contra el comandante, ahora un montón de carne chamuscada y al oír como le insultaba Ko ha gruñido y cedido el paso a nuestra líder. Ella, viendo como llegaba la patrulla de antidisturbios del despacho, nos ha gritado que ahora lo más urgente era acceder al despacho pues no iban a dejar de llegar refuerzos enemigos.


¿Qué puertas? ¿aquellas de allí?

Sin la limitación de evitar los disparos los dos wookies han diezmado a los antidisturbios a la vez que despiezaban lo que quedaba de los droides. Yo he forzado una de las puertas de acceso al despacho de Lorn y Ko me ha seguido. El sabio estaba dentro.

-  ¡No me disparéis por favor! -ha suplicado mientras señalaba un papel junto a su computadora. ¡Tenía escrita la contraseña de acceso!. De inmediato me ha conectado al sistema mientras oía a los wookies mantener ocupado a un pelotón de soldados de asalto.

Me he descargado todos los archivos, incluidos unos de música y algunas fotos que parecían personales de Lorn. He asentido hacía Ko y nos íbamos a ir cuando el erudito ha caído de rodillas temblando.

- Está bien, lo confieso. Hay archivos ocultos en un módulo de memoria oculto detrás de aquella estatua -ha indicado mientras señalaba una de las figura. Luego nos ha guiñado un ojo y ha susurrado- con mis mejores deseos a Lamia.

Me he quedado tan perplejo que ha sido Ko quien ha tenido que recoger el módulo. Así que Lorn está con los rebeldes. Debe cobrar de los dos bandos: ¡estos burócratas son unos genios!. La jefa, más avispada que yo, le ha tirado al suelo, ha destrozado con un disparo la cabeza de una estatua y ha hecho gestos amenazadores. Las cámaras demostrarán que éramos unos bárbaros y Lorn una pobre víctima.

Despacho de Lorn

Una vez fuera del despacho hemos corrido hacia el punto de entrada: el conducto de ventilación. He podido contar una decena de enemigos caídos entre soldados y droides. Como me alegro de dedicarme a los ordenadores. Por mucho que me deje crecer la barba nunca seré un buen wookie. Ayudados (empujados) por nuestros fuertes compañeros hemos subido por el conducto y una vez en la sala de reuniones nos hemos vuelto a disfrazar. Hemos salido entre todo el personal que evacuaba y nos hemos fundido con el gentío que observaba asombrado como llegaban más vehículos imperiales y varios cientos de soldados entraban en el Senado.

Al llegar a la base me he dedicado a revisar la información obtenida. Es masiva, confusa y casi ininteligible para alguien sin estudios avanzados en arqueología, lenguas antiguas e historia. Se lo he dicho a Ko que ha resoplado indignada.

- La próxima vez que necesitemos extraer información llevaremos un saco y nos traeremos al científico de turno-. Ambos wookies han asentido.





martes, 16 de abril de 2019

Imperial Assault: Por el buen camino

Misión III de la campaña



Comentario de la partida propuesta

Zaaryn, el oficial imperial corrupto, ha sido localizado. Si los aventureros logran interrogarle podrían obtener alguna importante pista para localizar la Esfera de Bardottan. La misión consiste en persiguerle por las calles del Distrito Comercial Delta, una de las zonas menos seguras de Coruscant.

En un máximo de 6 turnos es necesario superar las interminables patrullas imperiales, los codiciosos mercenarios locales y no perder al objetivo entre la multitud. La misión es breve (unos 90 minutos) y de las pocas en que, avanzando con el debido entusiasmo, se puede llegar a terminar antes del último turno.

El objetivo, Zaaryn, no dispara ni puede ser herido. Hay que seguirle hasta poder arrinconarlo. Mientras las fuerzas imperiales hacen exactamente lo mismo con los rebeldes. Claro que ellos van disparando.

Valoración de la misión

- Argumento: 15/20 - Misión donde se desarrolla la primera de las dos pistas obtenidas en la Misión I. Que se tenga que seguir al objetivo entre enemigos y obtener información de él la hace más interesante. Lástima que la información obtenida, aunque útil, no es suficiente y eso nos obliga a investigar la segunda pista.
- Dificultad: Baja. Excepto los transdoshanos, la mayoría de enemigos son muy asequibles. Además, el enemigo va apareciendo alrededor sin llegar a formar un muro: siempre es posible seguir avanzando (y recibiendo daño) para alcanzar a Zaaryn.
- Claves (cuidado spoiler): aunque el oficial no puede ser herido, en la última fase se convierte en un tandoshano de élite. Cuidado porque puede ganar concentración y tiene un +2 al daño a melee. Importante también no quedarse rezagado respecto al objetivo. 6 turnos es mucho tiempo, pero no puede desperdiciarse.


Distrito Comercial Delta: "todo está en venta"


Comentario rolero

Otra de las grande virtudes de Ko-tun Feralo es lo que disfruta (y exprime) regatear. Nos hemos encontrado con un exoficial de la República (ahora tiene un local de importación de productos exóticos). Tenía instrucciones de Lamia Dodonna:

- Bien chicos -nos dijo con cierto repelente aire de superioridad-, tenemos una propuesta para vosotros. Queremos encontrar la Esfera de Bardottan antes que el Imperio. Os ofrecemos 400 créditos por día de trabajo, cubrir todos vuestros gastos y, si tenéis éxito, un extra de otros 15.000 créditos.

Yo no pude evitar silbar antes esos números. Era como tener un sueldo. Un sueldo asegurado y que triplicaba lo que ganábamos con trapicheos menores. Sin poder disimular mi sonrisa y bajo la amonestadora mirada de Ko abandoné la reunión. Los dos wookies seguían allí, así que teníamos las de ganar.

En el almacén posterior seguí con las modificaciones de Amaz. Un nuevo giroscopio gravitacional, duplicar los sensores de estabilidad, fijar el blaster de forma que fuese más sencillo sustituirlo en caso de avería. ¡Se iban a enterar los imperiales si volvían a cruzarse en nuestro camino.

Dos horas después vi llegar a Drokkatta cargando un contenedor con campo de fuerza y cierre de seguridad. Siempre conseguía encontrar explosivos en los lugares más inusuales. Con el tamaño de aquel depósito blindado podía enfrentarse a toda una compañía. Eso es que había acuerdo. A la hora de la cena Ko me puso al día: nos pagarían desde ese mismo día, incluso cuando no hiciésemos nada. Justo lo que estaba sucediendo: mientras se investigaban las pista de Zaaryn (el oficial) y de Lorn (el historiador) tendríamos un merecido descanso. Por mi parte había conocido a una encantadora twi'lek de marcadas facciones y cautivadores ojos verdiazulados en la que pensaba gastarme mis primeros 100 créditos.

Cuando se es feliz el tiempo vuela como un speeder durante una carrera de vainas. Pero Gaarkahn tiene un don para hacerme regresar a la realidad. Me sacó de una partida de sabacc sin tocar el suelo del salón ni nadie me pidió que saldase mis deudas. En 10 minutos estábamos los cuatro reunidos (Amaz estaba recargando sus baterías) y Ko expuso la nueva misión.

Calles estrechas y muchas esquinas: 100% Distrito Comercial Delta

Agentes rebeldes habían localizado a Zaaryn. Se dirigía con ropas de civil a un encuentro con un informador suyo. Tengo que reconocerle su mérito: cobraba cada mes del Imperio, de algunos mercenarios e incluso vendían información a los jabbas. Si vivía suficiente tiempo llegaría a ser muy rico. Claro que al ver como afilaba su vibrohacha Gar no tenía muy claro que lo lograse.

Las instrucciones eran muy sencillas: un taxi nos dejaría en la Plaza  Moradmin Bast (que el general todavía tuviese una plaza a su nombre decía mucho de lo lenta que era la burocracia imperial ocultando sus fracasos). Seguiríamos al oficial sin dejarnos ver hasta que se reuniese con su informador. Los capturaríamos a ambos y obtendríamos el máximo de información posible.

La primera parte de la misión se desarrolló sin novedad. El taxi nos dejó en un lateral de la mugrienta plaza y gracias a las fotos que teníamos no nos costó reconocer a Zaaryn, que incluso se había puesto un bigote postizo. En la plaza también había una pareja de antidisturbios fingiendo mantener el orden y multitud de estafadores, mendigos y muertos de hambre. Nada extraordinario. Sin embargo, cuando los dos wookies salieron del taxi cargados con sus armas y esas miradas aterradoras, nos convertimos en el centro de atención del gentío.

Zaaryn pasó junto a una pareja de cazadores trandoshanos y les miró brevemente. Uno de ellos asintió y sacó su arma de la funda. Vale, sin duda ese hombre era listo. Nada como tener guardaespaldas privados que conociesen la zona y pudiesen descubrir a un cuarteto de mercenarios intentando pasar desapercibidos. Drok, viéndose descubierto no sintió la necesidad de seguir disimulando: sacó su lanzagranadas y descargó una ráfaga sobre el soldado imperial más cercano. Con la otra mano lanzó una granada que tumbo al antidisturbios más alejado.

Los dos trandoshanos se adelantaron y vaciaron sus cargadores sobre Ko (que se centraba en seguir al oficial entre la atemorizada fauna local) y Gar. Quizás nuestra líder les ignoró sufriendo leves heridas en un hombro, pero el wooki descargó toda su fuerza sobre el más adelantado de los enemigos seccionándole una pierna en un único movimiento. Yo, en un momento de duda entre seguir a Ko o ayudar a Gar, no pude evitar ver que con los disparos se había roto la cerradura de una taquilla del Empire Global Bank. La abrí con más curiosidad que codicia y me encontré una bolsa llena de créditos. ¡Al bolsillo!. Este tipo de ganancias son privadas y no hace falta repartirlas. 

El sonido de los disparos llamaba mucho la atención y un droide sonda llegó por una calle lateral. Su primera ráfaga obligó a Drok a tirarse al suelo, lo cual no fue problema para que devolviese los disparos sin demasiada fortuna. A mi peludo compañero le gustan las granadas por algo: es más difícil fallar los disparos y el efecto es mayor. Mucho mayor.

El oficial imperial dobló una esquina justo en el momento en que llegaban más refuerzos: dos metamorfos clawditas y un trío de soldados de asalto. Si Ko le seguía se tendría que enfrentar a demasiados enemigos: tocaba correr para atraparla.

  ¿Estamos rodeados o nos marcan el camino?

Activé a Amaz con órdenes de apoyar a nuestra jefa mientras intentaba alcanzarla sin pisar a ninguno de los peatones que se retorcían por el suelo intentando ocultarse tras bancos y mochilas. Aprovechando que pasé por al lado del trandoshano cojo lo apuñalé asegurándome que no me molestase más. Me sentía muy orgulloso de eso, pero los wookies no pensaban quedar como meros comparsas.

Al primer antidisturbios Drok le aplastó el casco contra el pecho con un brutal golpe y luego dejó caer dos granadas. El imperial que había caído antes al suelo no volvería a levantarse (ni a cobrar un sueldo) y el último trandoshano tuvo que retroceder. Lo que dejó vía libre a Gaar para cargar contra el droide sonda y convertirlo en piezas de repuesto para clientes poco exigentes.

En el frente la situación era delicada: Ko tenía delante a tres soldados imperiales y los metamorfos llegarían en segundos. Me dio instrucciones con dos gritos y se lanzó contra el enemigo. Amaz avanzó con él y flanqueando a los soldados consiguió dejara uno tumbado y con un negro agujero entrando por su espalda y surgiendo por su pecho. El segundo recibió un disparo de Ko desde un metro que dejó un orificio del tamaño de una moneda de cinco créditos en su corazón. Luego la jefa se volvió a adelantar siguiendo al oficial imperial. El tercer soldado me disparó a mí sin mucho éxito y antes de poder apuntar con mayor precisión recibió un fuerte impacto del arma de Drok. ¡Los wookies nos habían alcanzado!.

Los metamorfos abrieron fuego sobre Drok y sobre mí. Amaz intentó avanzar contra ellos y no llegó a cinco metros antes de ser derribado. Sin embargo la distracción bastó para que el wookie consiguiese un buen ángulo y dejase mortalmente herido a uno de ellos. Viendo que que Zaaryn y Ko se dirigían a un callejón dejé aquel combate para ayudar a nuestra líder. No me giré tampoco cuando oí el grito de batalla de Gar mientras cargaba contra el segundo clawdita.

Divididos en dos grupos, intentamos cumplir nuestros objetivos: los wookies hicieron pedazitos al metamorfo restante y el soldado imperial rezagada y un pobre oficial acabaron alfombrando el suelo. Por nuestra parte, llegamos justo a tiempo de ver como el informante activaba un proyector holográfico y mostraba la imagen de un zabrak con un sable láser: ¡odio a los sith!. Apenas levantamos nuestras armas el informante dejó caer el proyector y se escabulló entre unos cubos de basura y la entrada trasera de un bar. Zaaryn, sin duda esperando refuerzos, se encaró con nosotros.


Los zabrak-dathomiris me parecen muy feos

Aunque me alcanzó una vez, el chaleco absorbió la mayor parte del impacto. Con el vibrocuchillo le herí en la muñeca y dejó caer su arma. Un disparo de la jefa en la pantorrilla le hizo doblarse y caer. Pero algo no iba bien. Le quité el bigote de un tirón y también se desprendió una máscara. ¡Era otro metamorfo!. Se incorporó de golpe y sacando un blaster de entre sus ropas nos disparó a Ko y a mí. En el estrecho callejón no pudimos cubrirnos bien y fuimos heridos. Pero mucho peor le fue al falso oficial: una ráfaga de Drokk desde veinte metros le destrozó un brazo y dejó malherido. Viéndose perdido suplicó clemencia.

- ¡Perdonadme! -imploró mientras se sujetaba el maltrecho brazo derecho con el malherido brazo izquierdo-. Solo soy un doble. Zaaryn sospechaba que podían estar vigilándole y me envió en su lugar. Pero el informador me ha confirmado donde será la visita real. Un guerrero llamado Maul y Zaaryn se encontrarán en unas semanas en un discreto motel de una estación de fuera del sistema. Tomad el proyector y perdonadme la vida.

Bien mirado, 400 créditos al día quizás no nos iban a compensar los riesgos que correríamos.


sábado, 9 de marzo de 2019

Imperial Assault: De las garras de la oscuridad

Misión II de la campaña El corazón del Imperio.


Recordatorio: dentro del orden natural de la campaña "normal" no tocaría hacer esta misión. Pero viendo la historia nos ha parecido más correcto jugarla ya.

Comentario de la partida propuesta

Los rebeldes han descubierto dónde están prisioneros sus agentes (ver aventura anterior) y nos envían a rescatarlos. Debemos entrar en la base imperial, superar las defensas informáticas y a la guarnición. La misión es normal (8 turnos). Pero el tener que visitar todos los terminales y luego las celdas te obliga a apurar el tiempo. Se tarda un mínimo de 2 horas (en nuestro caso, casi 2,5).

Los jugadores pueden ser incapacitados: solo tienen una acción y únicamente la pueden emplear para moverse. Vamos, que el jugador, aún perdiendo sus puntos de vida dos veces (ser herido primero, derrotado la segunda vez), no se retira del tablero.

Valoración de la misión

- Argumento: 14/20 - Está misión es una buena continuación a la misión inicial. Primero has investigado que les pasó a los espías rebeldes. Ahora los rescatas. El único fallo es que la historia principal no avanza. Seguimos sin saber nada del artefacto.
- Dificultad: Media. La principal dificultad es que se necesita activar los 4 terminales y eso implica dividir al equipo y correr.
- Claves (cuidado spoiler): el entrar en nuevas zonas se activan nuevos enemigos. El más peligroso de ellos, el último: un ingeniero de E-Web en la salida. Fundamental llevar gente con capacidades informáticas (para los terminales) y fuertes (para cargar con los prisioneros).


Centro de detención imperial


Comentario rolero

Apenas habían transcurrido 48 horas desde nuestra anterior aventura cuando recibimos una llamada de la exsenadora rebelde. Parece ser que nuestro éxito la ha convencido de nuestras capacidades y por fin se ha presentado: se llama Lamia Dodonna. Es familia lejana del ilustre (y llorado) General Dodonna. A indicación suya nos dirigimos a una luna cercana al Sistema de Coruscant y abordamos una nave de transporte animal.  Allí se nos presentó un agente rebelde enviado por Lamia con una suculenta oferta:

- Después del caos que habéis creado en el Sector 14, las fuerzas opresoras (quiere decir imperiales, pero los rebeldes son muy quisquillosos) han trasladado a nuestros agentes capturados a una instalación de detención especial. Sabemos que los tendrán allí 3 o 4 días, hasta que algún inquisidor sith decida interrogarlos. Después de eso -nos confesó con tono apesadumbrado- ya no hará falta rescatarlos.

Normalmente sería Ko, nuestra líder, quien aceptaría la misión en aras a la justicia, el bien y la recompensa. Pero Gaar, todavía con olor a tanque de bacta, deseaba vengarse de aquellos muñecos de plástico blanco que le habían lastimado. Después de un ligero regateo, que a mi me aseguraba tener suficiente dinero para pagar todas mis deudas en casinos de la mitad de los sistemas conocidos, aceptamos. El agente dijo que nos llevaría hasta la zona de seguridad donde estaban confinados los agentes. El transporte permanecería cerca para rescatarnos cuando le avisásemos. 




No todo el mapa es visible desde el principio

Actuar a plena luz nos parece demasiado arriesgado por lo que nos ocultamos en una cantina cercana hasta que oscurezca. Creo que los wookies son una raza muy afortunada: Tanto Ko como yo hemos perdidos todas las partidas de dados que hemos jugado. En cambio, siempre que Drok y Gaar tienen una mala racha y se enfadan, acababan recuperando su dinero.

Al anochecer mi cumplidor Amaz (ya sabéis, J4X-7 según su ITV) nos ha transmitido su informe: puntos de acceso, sistemas de alarma, barracones... todo cuanto necesitamos saber. Por desgracia, no será posible infiltrarse en secreto. Así que Drok se ofrece a colocar una serie de explosivos que tendrán ocupadas a las fuerzas exteriores mientras buscamos a los prisioneros.

Dicho y hecho, dos terribles explosiones (adiós generador de campos de fuerza de todas las puertas y centro de telecomunicaciones) crean la confusión justa para entrar por el acensor de servicio. ¡Como si fuésemos a trabajar!.

Al bajar al nivel 3 (el 1 y el 2 son dependencias administrativas) y abrirse las puertas del ascensor nos hemos encontrado a una patrulla de antidisturbios y un oficial muy desorientados. Ko ha liquidado al oficial con su primer disparo y los antidisurbios llevaban escudos personales no "granada proof". Gaar le ha empezado a meter bronca a su hermano por no dejarle nada que hacer cuando ha aparecido un droide que me ha disparado con malas intenciones. Una rápida carga y dos golpes de la vibrohacha del wookie han normalizado la situación de inmediato. Y se ha tranquilizado.

Me he contectado a la red interna para localizar la celda de los prisioneros. No está lejos, pero sin los códigos del oficial (ahora oficial jubilado permanentemente) tendremos que sabotear los cuatro servidores de seguridad de la planta. Eso nos va a retrasar mucho y no disponemos de tiempo. Los dos wookies iban a proponer algo cuando ha llegado una patrulla de soldados de asalto por un pasillo.

Sabiendo que cada segundo cuenta, Ko me ha señalado un pasillo y hemos avanzado. Drok y Gaar, ocupados destruyendo metro a metro el corredor por el que llegaban los refuerzos imperiales, han quedado rezagados.

La primera sala que hemos encontrado era un centro de interrogatorios. Con su silla de tortura, el instrumental y un soldado. Ko le ha disparado pero apenas lo ha tocado. Yo me he dedicado a manipular la cónsola del servidor. Cuando finalmente he conseguido forzar el sistema, he visto como Amaz aparecía por detrás del imperial y le atravesaba el pecho con un disparo desde medio metro de distancia.

Ko, siempre por delante y guiándonos

El siguiente corredor estaba desierto. Hemos podido avanzar rápidamente y mientras yo forzaba la segunda consola, Ko ha encontrado un medikit en un armario. Hemos destruido una puerta para seguir adelante cuando nos hemos quedado los tres petrificados (sí, Amaz también). ¡¿Desde cuando hay droides centinela mejorados en estos sitios?!.  Una figura metálica de más de dos metros de alto, con cañones blaster en lugar de brazos y blindaje mejorado nos estaba esperando.

En la distancia ya no se oían granadas ni gritos: o Drok y Gaar habían caído o se estaban quedando sin enemigos. Pobre consuelo en todo caso. Amaz ha caído décimas de segundo después, atravesado por cálidos rayos blaster. Ko se ha refugiado tras una columna y me ha dado fuego de cobertura. He saltado sobre la máquina con mis vibrogarras y he conseguido seccionarle una brazo antes de que me aplastase contra la pared empleando su propio peso. Cuando he recuperado la conciencia el droide yacía en el suelo sin cabeza. Ko acaba de utilizar el medikit conmigo y me animaba a reanudar la marcha. Cuando hemos llegado al siguiente cruce de pasillos nos hemos reencontrado con los wookies y todo un peloton de soldados que los seguía. Oyendo los disparos a mi alrededor he manipulado la tercera consola y me ha quedado el tiempo justo para reparar un poco a Amaz. Aunque ahora avanza renqueante más que levitando y solo funciona una de sus armas.

Siendo evidente que estos nuevos soldados procedían del exterior, se nos había agotado el tiempo. Ko ha derribado al primero de los enemigos y Drok, atacando a quemarropa ha derribado, pateado y ejecutado al segundo (ambos tienen estilos muy diferentes). Los otros dos han parecido dudar y se han retirado mientras esperaban refuerzos. Estaban camino del ascensor de salida.

Gaar ha destrozado la puerta que nos impedía avanzar y yo le he seguido. Un droide sonda nos esperaba al otro lado. Pero la incursión ahora ya era una carrera frenética para obtener lo que queríamos y largarnos. Esquivando como he podido al droide me he lanzado pasillo adelante dejando a Gaar con él. He conseguido localizar la última consola y manipularla. No he tenido un instante para alegrarme por el éxito cuando una descarga eléctrica me ha entumecido medio cuerpo: ¡otro droide sonda!. Empleando toda mi experiencia de combate he rodado sobre el suelo, me he movido entre los obstáculos que he encontrado y siempre en breves carreras cambiado de dirección. Supongo que por eso sigo vivo. Pero he perdido mi arma, Amaz también se ha sacrificado por mi y voy a tener que reservarme un tanque de bacta para mi solo durante una semana completa.

Con todos los servidores forzados Gaar ha podido emplear al droide sonda como ariete para abollar, machacar y finalmente derribar la puerta de la celda. Cuatro pasmados agentes (tres mujeres y un hombre, todos oliendo mal y con aspecto fatigado) nos han mirado sin ilusión. Estaban tan cansados que ni han intendado levantarse. Un fuerte rugido de Gaar ha conseguido atraer a Drok para que nos ayudase a llevar a los prisioneros. Y ojala me hubiesen podido llevar a mi también.

Con esa fuerza que da formar parte de una raza que se pasa el día trepando por árboles, levantando grandes pesos y alimentandose con megaraciones, cada uno de los wookies ha cargado con dos prisioneros. Lamentablemente, Gaar no ha visto que el hombre estaba encadenado a la pared y al tirar de él le he dislocado el hombro (vale, en realidad casi le arranca todo el brazo). Por un momento ha parecido que ya estaba todo controlado. Hasta que nos ha llegado la voz de nuestro líder.

- ¿Están bien los señores? ¿quieren que me siga ocupando yo de todo un regimiento enemigo?. - juraría que el tono era sarcástico.

Los dos wookies han ido a reunirse con Ko y se han encontrado la última sopresa del camino. Aprovechando las ruinas que las granadas de Drok habían creado, un ingeniero e-web había montado su precioso cañón pesado y barría el pasillo. En momentos así casi preferirías haberte encontrado un sith con su espada de colores.

"Pequeños" problemas en nuestro camino

Nuestro nuevo oponente estaba perfectamente cubierto, con un excelente ángulo de visión y protegido por varias patrullas en los pasillos laterales. Así no había forma de avanzar. Sin tener tiempo de elaborar un plan, Drok ha cargado contra la posición enemiga mientras lanzaba una granada de humo y gritaba con entusiasmo. Ver al inmenso wookie corriendo mientras cargaba con dos humanos y lanzaba granadas ha conmocionado a nuestro oponente que ha dudado tres segundos. Segundos en los que Drok ha avanzado quince metros, entrado en un pasillo lateral y atravesado la fila de estupefactos soldados imperiales. Ni les ha disparado. Mientras se volvían a levantar y recuperaban sus armas los enemigos, ha llegado al ascensor y los demás le hemos seguido.

Pero no todo podía ser tan perfecto. Estando yo tan tocado me he rezagado y el ingeniero e-web ha tenido tiempo de barrerme con una tanda de disparos. Ahora que he recuperado la conciencia tengo mi propio tanque de bacta y sé que Ko también ha acabado cargando con alguien. Aunque no fuese uno de los prisioneros. ¡Gracias jefa!.

¡Ah!. Los agradecidos agentes rebeldes nos han contado algo muy interesante. El historiador que queremos encontrar, el especialista en ruinas y artefactos de la fuerza, se llama Lorn. A ver si son capaces de encontrarlo sin meterse en más líos.


domingo, 17 de febrero de 2019

Imperial Assault: Reconocimiento Siniestro

Misión I de la campaña El corazón del Imperio.


Comentario de la partida propuesta

La misión consiste en ir a investigar la desaparición de un grupo de agentes de la Rebelión. Hay que infiltrarse en Coruscant, el planeta capital del Imperio, obtener la información y abandonarlo sin ser descubiertos.La misión es rápida (6 turnos). Puede hacerse sin problemas en 90-100 minutos. 

Los jugadores pueden ser incapacitados: solo tienen una acción y únicamente la pueden emplear para moverse. Vamos, que el jugador, aún perdiendo sus puntos de vida dos veces (ser herido primero, derrotado la segunda vez), no se retira del tablero.

Valoración de la misión

- Argumento: 15/20 - La información que te dan (escasa y valiosa) te mete de lleno en la campaña. Además, empieza con el fracaso del grupo anterior. ¡No será fácil tener éxito!. 
- Dificultad: Media. La única dificultad consiste en entender lo urgente que es hablar con los testigos y la actitud (agresiva o huidiza) del jugador imperial en la cafetería.
- Claves (cuidado spoiler): solo hay 6 turnos para contactar con los testigos, asegurar la cafetería y retirarse con la información.


Coruscant: ciudad-planeta, sede del Gobierno del Imperio Galáctico


Comentario rolero


Mi nombre es Jarrod (https://imperial-assault.fandom.com/wiki/Jarrod_Kelvin_(Hero)). Nací en una estación minera cercana al planeta Corellia. Era un lugar pequeño y aburrido, así que cuando conocí a  Ko (https://imperial-assault.fandom.com/wiki/Ko-Tun_Feralo_(Hero)) me faltó tiempo para entrar a formar parte de su equipo. Lo llamo equipo, pero para un extraño somos más bien un circo ambulante. En total somos 5 "personas":
a) La propia Ko: planificadora, aventurera y con una inusitada capacidad para meterse en problemas. Somos amigos, pero tengo claro que no dudará en abandonarme para salvar al resto de equipo. Y por supuesto, reparte las ganancias con justicia.
b) Los hermanos Drokkatta (https://imperial-assault.fandom.com/wiki/Drokkatta_(Hero)) y Gaarkahn (https://imperial-assault.fandom.com/wiki/Gaarkhan_(Hero)). Drok no sale de casa sin su lanzagrandas y cuando dice "corred" lo mejor es hacerlo sin preguntar. En cambio, Gaar lleva una enorme vibrohacha y abre camino: entre puertas, cajas o imperiales. No distingue. Ambos son el músculo del grupo. Alguna vez he visto huir a una banda rival sin llegar a desenfundar.
c) El pequeño J4X-7 (https://imperial-assault.fandom.com/wiki/J4X-7), Amaz para los amigos. Lo he construido yo mismo. Es fiel, obediente y es el único miembro del grupo que me obedece.

Hace 6 días Ko se reunió con una exsenadora de la república que ahora se gana la vida como dentista en un corporación dedicada a... bueno, a cosas de gente con mucho dinero. El encuentro fue en un modesto antro al que se ha de ir armado. Le ofreció pagar el doble de nuestra tarifa estándar como husmeadores (espías, rastreadores, recolectores... lo que sea si fastidia a esos cretinos del Imperio) a cambio de una infiltración. Debíamos trasladarnos al barrio obrero del Sector 14. Allí se había perdido contacto con un grupo de agentes de la Rebelión. Nos facilitó un contacto seguro y adelantó el total de la paga.

Apenas 24 horas más tarde partíamos simulando ser un grupo de mecánicos para pasar unos días de relax en Coruscant. Lástima que las fuerzas de seguridad locales interceptaron nuestras comunicaciones y nos estaban esperando en el punto de aterrizaje. Como tantas veces, nunca sabré si el trío de soldados de asalto y el droide de seguridad tenían órdenes de capturarnos vivos. Apenas descendió la rampa  de la lanzadera que Drok y Gaar ya estaban cargando contra nuestros indeseados enemigos.

Entre explosiones, restos chamuscados de armaduras y los gritos atemorizados de los transeúntes, Ko nos organizó con su habitual eficiencia: los dos wokkies mantenían a raya a nuestros oponentes, incluyendo a una patrulla que intentó rodearnos. Yo conseguí localizar y contactar al asustado contacto que nos esperaba. Un espigado chaval de aspecto desastrado y al borde de un ataque de nervios. 

- ¡Debéis ir a la cafetería! - me indicó a gritos el muchacho.- Allí escondí el pad con la información que necesitáis. Vuestros predecesores estaban investigando un artefacto llamado la Esfera de Bardottan


Cubierto por los disparos de Ko y alguna granada perdida, entré en el local que ya estaba vacío de toda clientela. Pero no de enemigos. Un oficial acompañado por dos soldados antidisturbios revisaba las mesas y barras buscando lo mismo que yo. ¡Necesitábamos proteger mejor nuestras comunicaciones!. 

La repentina aparición de Drok y sus explosivos me permitió llegar hasta donde me había indicado nuestro contacto y recuperar el pad. Se lo entregué a Amaz, que con su habitual eficiencia disparaba su blaster mientras reproducía el archivo de imagen que contenía la tableta. En el video, una jedi vestida como los miembros del desaparecido Consejo Jedi exponía antes sus compañeros (no estaba entre ellos ni Yoda, así que la grabación debía tener más de un siglo de antigüedad) lo importante que era ocultar la Esfera de Bardottan. El artefacto tenía la capacidad de aumentar la conexión entre la Fuerza y un jedi. O un sith. 

Habiendo obtenido lo que buscábamos, emití la señal de retirada. En el exterior, Graak tenía varias heridas y empleaba su vibrohacha para sostenerse mientras se desplazaba. La bolsa de granadas de Drok estaba vacía y Kro no decía nada. La cosa estaba muy mal. Intenté localizar a nuestro contacto, pero no le ví. Preferí pensar que había huido por su cuenta a creer que lo habían capturado. Los imperiales son célebres por sus técnicas interrogatorias.

Nos subimos a la lanzadera y salimos de allí tan rápido que los de mantenimiento tendrán que reponer dos semáforos y volver a pintar la fachada de cinco plantas de un torre cercana. Todavía con la respiración entrecortada recuperé el pad y lo examiné con mi computadora personal: encontré dos archivos hábilmente borrados. ¡Pan comido!. En cinco minutos los recuperé y un par de horas más tarde había roto sus sistemas de protección. Fui a reunirme con mis compañeros y exponerles lo que había descubierto:

- El equipo de agentes rebeldes estaba intentando localizar un artefacto llamado la Esfera de Bardottan. En Corucant, antes de ser descubiertos, obtuvieron 2 pistas. Primero, la dirección de un historiador especializado en ruinas y artefactos de la Fuerza. La típica persona que podría saber algo más. Y segundo, el nombre de un oficial imperial llamado Zaaryn: un chupatintas que ha estado intentando vender información sobre la búsqueda de un misterioso artefacto que está llevando a cabo el Imperio -les informé mientras me iba emocionando.- ¿Creéis que nos pagarán mucho más si conseguimos más información?.

La fuerte risa de los dos wookis mitigó por unos segundos el ruido de los motores que nos alejaban del sistema camino de, espero, una nueva y muy lucrativa misión.

Renata, nuestra servicial nave

jueves, 10 de enero de 2019

Imperial Assault: El corazón del Imperio

Durante 2018 debimos portarnos bastante bien porque los reyes nos han traído un fantástico regalo. Para los exjugadores del Imperial Assault (versión core-básica), y un par de años más tarde del Imperial Assault: Regreso a Hoth, ahora llega: IMPERIAL ASSAULT: EL CORAZÓN DEL IMPERIO.


Cierto, el juego tiene un par de años ya, pero con sus mágicas majestades nunca sabes qué va a suceder. La foto es en inglés y de internet porque queda mucho mejor que la del móvil.

¿Y qué nos aporta este juego?. Para empezar, una campaña inédita con nuevos protagonistas. Nuevas habilidades, armas, escenarios y enemigos. Pero sobre todo, la posibilidad de pasar muchas horas riendo con los amigos. Porque el juego puede tener reglas claras y limitadoras, pero con jugadores creativos y compañeros tolerantes, se pueden llegar a hacer muchas cosas. Y más nosotros, que tendemos a rolear bastante. De hecho este post es un aviso para todas las nuevas publicaciones que haremos sobre las partidas.

¿Que tiene el juego de especial?

Para empezar, jugar requiere de 2 a 5 jugadores. Hay 2 bandos: el Imperio y la Rebelión (los no demasiado malos y los a veces nada buenos). La campaña consiste en 8 aventuras dentro de 15 posibles. Algunas obligatorias, otras opcionales. Ganes o pierdas, la campaña va avanzando y lo importante es obtener la victoria en la última de todas.

El bando rebelde puede llevar hasta 4 jugadores y de hecho es lo más recomendable. El juego incluye adaptaciones por si el número de jugadores es inferior, pero no están del todo bien equilibradas. Nosotros somos 4 jugadores (1 imperial, 3 rebeldes), así que uno de los rebeldes lleva dos personajes.

Si se tienen otras expansiones se pueden combinar las diferentes clases y armas, dando una gran riqueza de opciones al jugador. Además, como perder una, dos o tres misiones no es terrible, ganar no es tan importante. Hay una novedad respecto a expansiones anteriores: ganes o pierdas se reciben puntos de experiencia, así que la sensación de progresión siempre existe.

En definitiva: ambientación de la Guerra de las Galaxias, gran variedad de opciones, partidas de 2-3 horas (hablamos mucho) y teniendo la sensación de avanzar siempre. ¡Muy recomendable!.

¿Qué incluye el juego?

Para empezar, un foto:


Os dejamos el link de la expansión de la wiki (en inglés) del juego: https://imperial-assault.fandom.com/wiki/Heart_of_the_Empire

La expansión tiene 3 nuevos héroes:

Drokkatta: un wookie que de pequeño en lugar de sonajero, dinosaurios y pelotas prefería llevar un cinturón con granadas y destruir el mobiliario.
- Jarrod Kelvin: un nerd de los droides y los drones, adicto a twitter y a tocar lo que no debería.
- Ko-Tun Feralo: el nervío del trío. Inquieta, hiperactiva y con una excelente puntería. Además de experimentada y sagaz, es el principal apoyo del grupo.

Y hasta aquí podemos leer. ¡¡Si tenéis la oportunidad, probad el juego!!

Misión I: Reconocimiento siniestro  http://eodld.blogspot.com/2019/02/imperial-assault-reconocimiento.html

Misión II: De las garras de la oscuridad  https://eodld.blogspot.com/2019/11/imperial-assault-de-las-garras-de-la.html

Misión III: Por el buen camino  https://eodld.blogspot.com/2019/04/imperial-assault-por-el-buen-camino.html


domingo, 2 de septiembre de 2018

The Maze of Thalos


Ya hemos iniciado la prueba de este nuevo invento del zEusAD RPG Team

En este post podéis poner vuestras sugerencias

lunes, 21 de mayo de 2018

Grey Ash


- ¿Lo oyes? - La jovencísima Zania le preguntaba a su admirado primo, con una mezcla de entusiasmo y secretismo en su aguda voz siseante.

- ¿El qué? - El escepticismo y un punto de agresividad resonaba en la respuesta de Grey.

- La nieve. El sonido de la nieve cayendo. - La chiquilla volvía su mirada a los pausados copos, que se deslizaban erráticos entre el suave viento de aquella nocturna nevada que volvía a emblanquecer el pequeño pueblo de Aeshan.

- ¡La nieve no hace ruido al caer! - Había un punto de enojo en la respuesta. Infantil y desencantado, pero poco confortable a los oídos de Zania, que le replicaba manteniendo su voz dulce y aguda.

- ¡Sí que se oye! - cerró los ojos y prosiguió - es como cuando doblas sábanas sobre la cama y las amontonas una encima de otra, como si pudieras oír el algodón. Si cierras los ojos y te concentras lo podrás oír, como lo oigo yo.


Aquella mañana, tras muchos años volvía a nevar tímidamente en Aeshan. Un menos joven Grey Ash intentaba oír el sonido de los copos, con los ojos cerrados. De repente los abrió y miró a través de los fríos barrotes de su celda. Amanecía y una fuerte luz blanca del sol naciente, tras las nubes invernales, iluminaba el callejón trasero de la mazmorra donde había pasado la noche. Un resplandor fantasmal, que hacía que la nieve pareciera negras cenizas flotando en una brillante neblina blanca. Seguro que Zania seguía oyendo la sorda música de la nevada.

Otra noche en prisión. Más fría de lo habitual, pero también más productiva. Grey Ash no estaba triste ni preocupado, pues había conseguido encontrar el camino que quería recorrer en su vida. El primer paso había sido un traspiés, frustrante y revelador a partes iguales y ahora sólo cabía esperar su vuelta a la libertad. A la rutina diaria, a su vida de siempre. Pero esta vez sería sólo por un instante. La senda a seguir se había revelado en la oscuridad de la jornada anterior y ahora sonreía para sus adentros. No podía decir quién era, pero si quién iba a ser.

Como cada vez que un brujo caótico aparecía en su pequeño Aeshan, Grey Ash se interesaba por él. Y no era el único. Las leyendas de los brujos eshmirianos aún retumbaban en los ecos del imaginario colectivo de los habitantes de aquellas tierras. De hecho hacía tiempo que se habían traspasado a una desencantada juventud, la que habitaba las afueras de la capital, Elwer, el único lugar donde se permitía el uso de la magia oscura. Aquella nueva generación se sentía decepcionada y marginada. Consideraban que aquella decisión tomada tiempo atrás por los gobernantes del Eshmir era injusta y discriminatoria. No importaban los desastres que las fuerzas del Multiverso habían repartido por aquellas tierras y que la necesidad de limitarlos hubiera circunscrito la magia negra a Elwer. Si los eshmirianos de la capital eran buenos para practicarla, no veían porque ellos no podían. En el fondo, seguro que era una estrategia de los acaudalados elwerianos, para que otros no les hicieran sombra desde el exterior de su grandilocuente capital. Y no estaban dispuestos a permitirlo.

De nuevo, el grupo de adolescentes, ávidos de conocimiento y seguramente de reconocimiento, se reunió y volvieron a sumar esfuerzos para, utilizando sus, en muchos casos, exiguos ahorros, intentar convencer a aquel desconocido de que les adentrara en sus conocimientos arcanos. De nuevo, fuera de la ley, de nuevo, en la senda del conocimiento prohibido. ¿Quién podría, a esas ajetreadas edades, resistirse a semejante reto?.

Los magos no viven del aire (bueno, como mínimo no los omnipotentes). Y aquel, que se hacía llamar Lord Teivel, no iba sobrado de bienes ni de escrúpulos. Así que aceptó instruir a aquella reducida tropa de aspirantes a hechiceros. Alerno y Gukamos, dos hermanos que habían convertido su vida en una competición perpetúa entre ambos. Maribela, aquella joven hija de un rico mercader que tenía que demostrarse constantemente que era algo más que la descendiente acaudalada predilecta, aunque acabara financiando las aventuras de sus cómplices además de las suyas propias y Grey Ash, alguien que sentía que había nacido para marcar la diferencia, aunque nadie sabía en qué.


Fueron tres provechosas noches de oscuros aprendizajes. Los cuatro aprendieron a entender el uso de las runas, las teorías de las invocaciones caóticas, la naturaleza de los demonios y tantas y tantas cosas fascinantes y prohibidas que les marcaron para siempre y que les volvieron a hacerse sentir realmente vivos de nuevo en aquella roca perdida de la mano de los dioses llamada Aeshan. Pero aquella prometedora carrera acelerada de ocultismo se acabó de repente en la cuarta noche.

Las autoridades les habían seguido, habían esperado pacientemente a que la clase estuviera en su absorto apogeo y entonces decidieron actuar.

Un grupo de guardias armados, una docena de ellos, acompañados de varios sacerdotes interrumpieron la sesión. Lord Teivel permaneció impasible, bajo la atenta mirada de los sacerdotes, mientras la patrulla armada reducía de malas maneras a sus alumnos. Los redujeron, les ataron de pies de manos y los pusieron de bruces al suelo, mirando a su improvisado maestro.

- ¡Lo veis insensatos!.¡Nadie puede desafiar las leyes de Aeshan! - la voz de uno de los sacerdotes se impuso al alboroto que imperaba en la sala.

Los muchachos miraron hacia su maestro. Estaban muertos de miedo. Pero Lord Teivel parecía impasible.

- Ahora veréis que la inutilidad de los actos de vuestro farsante maestro - prosiguió - ¡Detenedlo y llevadlo al cuartel! - la respuesta del impelido fue extraña y a los cuatro jóvenes se les quedó grabada en la mente.

- No os engañéis. He accedido a instruiros, porque en uno de vosotros he visto el Fuego del Caos en su alma. Uno de vosotros será clave en los próximos años. Uno de vosotros puede cambiar el destino de este mundo - y soltó una sonora y tétrica carcajada.

Entonces una columna de fuego gigantesca rodeó a Lord Teivel. La cegadora explosión que le prosiguió acabó con todos los presentes por los suelos, aunque no se quemaron. Donde estaba el maestro del Caos que debía ser detenido, sólo un círculo rúnico incandescente de abrasadoras runas daba testimonio de la magia que allí se acababa de utilizar. Se había volatizado.

Aquella escena se repetía una y otra vez en la alborotada cabeza del joven Grey. Aquello era el poder real. Ser intocable, inalcanzable, místico, sin amo ni reglas que le limitaran. Aquello que tenía Lord Teivel es lo que Grey Ash deseaba. Siempre había tenido el miedo de que todo aquello que las leyendas contaban no fuera cierto o estuviera demasiado exagerado por los bardos que las trasmitían. Pero no, ahora sabía que eran ciertas. Ahora sabía lo que tenía que hacer.

No tardó mucho en salir de la prisión. Los guardias no querían quedar como incompetentes y los sacerdotes habían sido humillados por aquel desconocido. Los jóvenes ya habían sido escarmentados con una noche en el calabozo. No era un gran castigo, pero el lobo les había mostrado las orejas y seguro que se olvidarían por un tiempo de hacer nada inapropiado en Aeshan. Cuanto antes se echara tierra sobre el asunto, mejor.

Grey Ash apenas siguió en aquel pueblo que tanto le hastiaba. En dos días había recogido lo imprescindible para un viaje y su limitado capital en un zurrón. Compró el caballo más barato de Aeshan y se decidió a partir. Zania fue la última que le vio, intentando impedir que se fuera.

- Volveré cuando consiga ser lo que en realidad soy - fueron las ultimas palabra de Grey Ash a su prima, que lo despidió con la vista nublada y el corazón en un puño.

sábado, 2 de septiembre de 2017

La maldición de la espada negra

La maldición de la espada negra, la novela

Advertencia: este artículo contiene comentarios e informaciones que revelan aspectos relevantes de la trama.

El libro fue escrito en 1977 y tardó unos 10 años en llegar a España traducido. Aunque es la penúltima obra de la Saga de Elric, la escribió después de la última novela: vamos, que cuando lo hizo ya sabía donde tenía que acabar para enlanzar con su obra final. 

Esta obra tiene 4 historias principales. Casi podríamos llamarlos cuentos, enlazados unos con otros, excepto el último que aún encajando en sus otras narraciones, recurre a personajes con sus propias vidas e historias nada vinculadas a Elric.

Al inicio de la primera historia Elric ha desconectado de las emocionantes aventuras que vivió en la obra anterior. Lo cual no es una sorpresa: si algo parece ser más poderoso que la fatalidad que le rodea es su inexistente capacidad para recordad con claridad que ha estado haciendo. Lo cual le permite dormir más tranquilo, aunque lo tenga también algo descolocado.

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Libro I.- El ladrón de almas

Una vez más, y ya es casi imposible llevar la cuenta, el exiliado melnibonés cruza su camino con Theleb K'aarna. Y también con Yishana, la hermosa exmonarca. Unos incautos mercaderes le pagan por acabar con un competidor y resulta que la víctima tiene a su servicio al desdichado pan tangiano, además de un ejército de mercenarios.

Impulsado por su deseo de acabar con el brujo de Pan Tang, el albino recurre a sus antiguos aliados: una compañía de soldados melniboneses convertidos en una banda errante de soldados. Errante, pero con equipo pesado de sitio, espectaculares tiendas de campañas y bien cuidadas espadas. Quizás lo más destacable es la reaparición de Dyvim Tvar, Señor de los Dragones.

El asalto al castillo se complica con la captura de Elric, una batalla entre los elementales del fuego y del aire e incluso alguna criatura invocada de otra esfera. Pero la fortaleza acaba cayendo y el Señor de los Dragones con ella. Con esta muerte muere el último melnibonés que se nos presentó en la primera novela (excepto el propio Elric). Y parece que, por fin, también se ha acabado el tiempo de Theleb K'aarna en los Reinos Jóvenes.

Por supuesto, al final los mercaderes que contactaron con Elric acaban arrepintiéndose de haberlo hecho. Pero es una regla inmutable que ni el propio Caos con sus continuo cambios puede evitar.

 Libro II.- Reyes en la oscuridad

Se inicia con la fuga de Elric y su fiel Moonglum de  Nadsokor, la Ciudad de los Pordioseros (que reaparecé en otra histora de la misma obra). A continuación ambos se encuentra con Zarozinia, una hermosa y joven mujer que les pide ayuda para regresar a su hogar. Pero nada puede ser tan sencillo y los tres acaban llegando al Reino de Org. 

Allí descubren la profecía que habla de los reyes en la oscuridad:

"Tres reyes en la oscuridad yacen,
Gutheran de Org y yo,
bajo un cielo triste y sin sol.
El tercero bajo la Colina yace.
cuándose se levantará el tercero,
sólo cuando muera otro..."

Y por supuesto, el melnibonés hace que se cumpla la profecía. En esta ocasión consigue el extermino de un reino completo y acaba prometido con la bella joven que rescata al principio.

De esta parte yo destacaría lo rápidamente que Ariocco acude en ayuda de su protegido sin condiciones ni juegos: es sorprendente. Y la jugada que Elric hace con algunas hierbas para conseguir una invulnerabilidad temporal y así engañar a Gutheran (el rey de Org). 

Libro III.- Los portadores del fuego

En esta ocasón Elric parece haber hallado por fin un hogar donde reposar. Reside en Karlaak con su amada Zarozinia y ha desterrado su maldita espada a la más profunda armería del castillo. Es feliz, dedica su tiempo a su nueva familia y a leer antiguos escritos. Pero entonces aparece Moonglum, que había vuelto a su hogar, con una terrible aviso: Terarn Gashtek, una especie de Atila a la cabeza de un gran ejército, está atravesando el continente dejando un rastro de muerte y destrucción a su paso.

Muy a su pesar el albino recupera su peligrosa espada y se dirige a detener a la terrible amenaza, pues sabe que si llega a su ciudad la destruirán por completo y arruinarán una vez más su vida. Además, y por segunda vez en el libro, recurre a sus excompañeros melniboses para conseguir ayuda. En esta ocasión, comandandos por Dyvim Slorm, hijo del fallecido unas páginas atrás Dyvim Tvar.

Elric y Moonglum consiguen ser admitidos en el ejército de Terarn Gashtek y le acompañan mientras buscan la forma de derrotarle. Así contactarán y liberarán a un mago cautivo del invasor con el que se enfrentarán al cuantioso ejército enemigo. En el último momento, cuando la situación ya es desesperada, Elric mata a su enemigo y los melniboneses llegan a lomos de sus dragones para exterminar al ejército enemigo.

El momento más emocionante es cuando Elric decide abandonar su espada y la lanza lejos. Pero el arma, que tiene otros planes, regresa volando por su cuenta a Karlaak, a la armeria, porque sabe que el albino volverá a requerir de sus servicios.
 
Libro IV.- Al rescate de Tanelorn

En esta historia no aparecen ni Elric ni Moonglum. En cambio el protagonista es Rackhir, el Arquero Rojo. Este aventurero ya se cruzó con Elric en alguna ocasión anterior y demostró ser una persona llena de recursos. Ahora reside en Tanelorn, la solitaria, la ciudad del tiempo pasado. Entre sus bajas murallas reside junto con otros refugiados que han repudiado a la Ley y el Caos. 

Entonces aparece Narjahn del Caos liderando una numerosa hueste de pordioseros de Nadsokor. Los Señores del Caos han decidido arrasar la ciudad y acabar con aquellos que les sirvieron y luego repudiaron. Para impedirlo, Rackhir parte en busca de los Señores Grises, los creadores de la ciudad.

El viaje en busca de ayuda supone atravesar 5 esferas, a cual más extraña con la anterior. Mi favorita es la dominada por la Ley que pretende crear un mundo inmutable a base de quitar la plantas, las peronas y las estrellas. La principal gracia es la propia insostenibilidad del intento. 

También el final, con elementales del viento, pescadores con barcas voladoras y flechas mágicas son entretenidos. Te quedas con la duda de cómo lo habría hecho Elric de haber estado allí.


Comentarios finales

El libro, leído con independencia de los otros, es una novela de aventuras en las que  un desdichado brujo guerrero va arruinando vidas y lugares. La prosa sigue siendo sencilla, las descripciones efectivas y la narración ágil. Como el propio protagonista, siempre deseoso de enfrentarse a los problemas e incluso crearlos si no los tiene, por hacer algo diferente.

De las cuatro historias la que más me ha gustado es la última: por las ambientaciones que encuentra el protagonista mientras viaja buscando ayuda y se cruza con los dominios de la Ley y el Caos.