miércoles, 23 de abril de 2014

Marinero de los mares del destino

Marinero de los mares del destino, la novela

Advertencia: este artículo contiene comentarios e informaciones que pueden revelar aspectos relevantes de la trama.

Escrita en 1976, es la tercera novela de la saga. En esta ocasión, además de estar perfectamente enlazadas las historias, siguen una idea de conjunto. No es únicamente que donde acaba una, empiece otra: las tres se combinan algo más. La idea de conjunto del libro es que pasado, presente y futuro se mezclan, cambiándose entre ellos. El Doctor Who estaría encantado con algunas de las sugerencias que aparecen en la novela.

Además de jugar mucho con el tiempo, "Marinero de los mares del destino" defiende en serio dos ideas: los viajes entre planos y la posibilidad que haya cosas que aunque cambien, son eternas. Ambos temas son muy importantes dentro de la saga. Quizás, en mi opinión, los cambios de esfera se vuelven demasiado fáciles, pues te llega a dar la sensación que simplemente suceden, sin importar si tienes conocimientos para crearlos/dirigirlos. Pero tengo que reconocer que es una herramienta muy útil para cambiar completamente de historia en una página.
 
La primera aventura, titulada Navegando hacia el futuro, empieza con Elric huyendo de un grupo de cazadores o matones. Hay una breve explicación de como ha llegado a esta situación, pero no encaja con el final de la obra anterior. Digamos que hay unos meses de su vida no novelados. No es grave, pero sabe mal haberse perdido algunas de sus aventuras.
 
Inmediatamente después, lo sobrenatural se apodera de la novela: está en un barco mágico, viajando entre planos, rodeado de héroes y misteriosos tripulantes. La historia transcurre más entre misterios que aclaraciones. Entonces aparece el malo (o mejor los malos). En esta ocasión, Moorcock crea un desafío impresionante que Elric no habría podido superar (o sí, pues el albino es capaz de lo mejor y lo peor) sin ayuda. El enfrentamiento es interesante, intenso y, casi, incluso sabe mal el final.
 
Esta aventura tiene un par de momentos impactantes y que presentan el concepto del Campeón Eterno. Muy interesante.

 
La segunda aventura se llama Navegando hacia el presente. En esta ocasión, Elric viaja al pasado del futuro, es decir, a un presente alternativo. La aventura tiene dos cosas curiosas: primero, te muestra como era un auténtico hechicero melnibones antes de la decadencia del Imperio. No me extraña que dominasen el mundo. Segundo, aparece el calvo de Smiorgan. Recuerdo que en el juego de rol había una ficha de este personaje. Es un noble culto y con varias útiles habilidades. En realidad no tiene un gran papel en el libro. Sólo sirve para que nos sigamos preguntando: ¿Qué ve la gente en el albino para desear viajar con él?. ¡Si es gafe!.
 
La aventura en sí es muy sencilla. Elric se ve atrapado dentro de las desgracias y maldiciones de otros y es el desencadenante del final. Personalmente, en lugar de enviarle a otro plano, le habría enviado directamente al pasado.
 
La tercera y última aventura se llama Navegando hacia el pasado. Para empezar, el título es poético. El protagonista no se mueve del presente. Pero en sus viajes, se reencuentra con el pasado de su gente. Hay ocurrencias muy ingeniosas como "el hombre condenado a vivir". Y está el diálogo más chungo y triste del libro. Viene a ser algo así como:
 
- Ser malvado: si hago X, sucederán terribles desgracias a tu mundo.
- Elric: tú hazlo, que así hará menos frío.
- Ser malvado: pero no seas tonto. Abrígate o vete a otro sitio.
- Elric: he dicho X. ¡Ahora!.
- Ser malvado: hecho.
- Elric: bien. Ahora cuenta la cosa esa mala que decías.
- Ser malvado: ¿estás de coña?. Sigue leyendo las novelas y ya decidirás si arrancarte los ojos más adelante.
 
Por supuesto, la conversación no es así. Pero refleja perfectamente como funciona. No quiero ni imaginarme como podría ser de tontito un hijo de Elric.
 
En resumen: entretenido, fácil de leer y lleno de historias sobre Melniboné y su gente.