martes, 16 de abril de 2019

Imperial Assault: Por el buen camino

Misión III de la campaña



Comentario de la partida propuesta

Zaaryn, el oficial imperial corrupto, ha sido localizado. Si los aventureros logran interrogarle podrían obtener alguna importante pista para localizar la Esfera de Bardottan. La misión consiste en persiguerle por las calles del Distrito Comercial Delta, una de las zonas menos seguras de Coruscant.

En un máximo de 6 turnos es necesario superar las interminables patrullas imperiales, los codiciosos mercenarios locales y no perder al objetivo entre la multitud. La misión es breve (unos 90 minutos) y de las pocas en que, avanzando con el debido entusiasmo, se puede llegar a terminar antes del último turno.

El objetivo, Zaaryn, no dispara ni puede ser herido. Hay que seguirle hasta poder arrinconarlo. Mientras las fuerzas imperiales hacen exactamente lo mismo con los rebeldes. Claro que ellos van disparando.

Valoración de la misión

- Argumento: 15/20 - Misión donde se desarrolla la primera de las dos pistas obtenidas en la Misión I. Que se tenga que seguir al objetivo entre enemigos y obtener información de él la hace más interesante. Lástima que la información obtenida, aunque útil, no es suficiente y eso nos obliga a investigar la segunda pista.
- Dificultad: Baja. Excepto los transdoshanos, la mayoría de enemigos son muy asequibles. Además, el enemigo va apareciendo alrededor sin llegar a formar un muro: siempre es posible seguir avanzando (y recibiendo daño) para alcanzar a Zaaryn.
- Claves (cuidado spoiler): aunque el oficial no puede ser herido, en la última fase se convierte en un tandoshano de élite. Cuidado porque puede ganar concentración y tiene un +2 al daño a melee. Importante también no quedarse rezagado respecto al objetivo. 6 turnos es mucho tiempo, pero no puede desperdiciarse.


Distrito Comercial Delta: "todo está en venta"


Comentario rolero

Otra de las grande virtudes de Ko-tun Feralo es lo que disfruta (y exprime) regatear. Nos hemos encontrado con un exoficial de la República (ahora tiene un local de importación de productos exóticos). Tenía instrucciones de Lamia Dodonna:

- Bien chicos -nos dijo con cierto repelente aire de superioridad-, tenemos una propuesta para vosotros. Queremos encontrar la Esfera de Bardottan antes que el Imperio. Os ofrecemos 400 créditos por día de trabajo, cubrir todos vuestros gastos y, si tenéis éxito, un extra de otros 15.000 créditos.

Yo no pude evitar silbar antes esos números. Era como tener un sueldo. Un sueldo asegurado y que triplicaba lo que ganábamos con trapicheos menores. Sin poder disimular mi sonrisa y bajo la amonestadora mirada de Ko abandoné la reunión. Los dos wookies seguían allí, así que teníamos las de ganar.

En el almacén posterior seguí con las modificaciones de Amaz. Un nuevo giroscopio gravitacional, duplicar los sensores de estabilidad, fijar el blaster de forma que fuese más sencillo sustituirlo en caso de avería. ¡Se iban a enterar los imperiales si volvían a cruzarse en nuestro camino.

Dos horas después vi llegar a Drokkatta cargando un contenedor con campo de fuerza y cierre de seguridad. Siempre conseguía encontrar explosivos en los lugares más inusuales. Con el tamaño de aquel depósito blindado podía enfrentarse a toda una compañía. Eso es que había acuerdo. A la hora de la cena Ko me puso al día: nos pagarían desde ese mismo día, incluso cuando no hiciésemos nada. Justo lo que estaba sucediendo: mientras se investigaban las pista de Zaaryn (el oficial) y de Lorn (el historiador) tendríamos un merecido descanso. Por mi parte había conocido a una encantadora twi'lek de marcadas facciones y cautivadores ojos verdiazulados en la que pensaba gastarme mis primeros 100 créditos.

Cuando se es feliz el tiempo vuela como un speeder durante una carrera de vainas. Pero Gaarkahn tiene un don para hacerme regresar a la realidad. Me sacó de una partida de sabacc sin tocar el suelo del salón ni nadie me pidió que saldase mis deudas. En 10 minutos estábamos los cuatro reunidos (Amaz estaba recargando sus baterías) y Ko expuso la nueva misión.

Calles estrechas y muchas esquinas: 100% Distrito Comercial Delta

Agentes rebeldes habían localizado a Zaaryn. Se dirigía con ropas de civil a un encuentro con un informador suyo. Tengo que reconocerle su mérito: cobraba cada mes del Imperio, de algunos mercenarios e incluso vendían información a los jabbas. Si vivía suficiente tiempo llegaría a ser muy rico. Claro que al ver como afilaba su vibrohacha Gar no tenía muy claro que lo lograse.

Las instrucciones eran muy sencillas: un taxi nos dejaría en la Plaza  Moradmin Bast (que el general todavía tuviese una plaza a su nombre decía mucho de lo lenta que era la burocracia imperial ocultando sus fracasos). Seguiríamos al oficial sin dejarnos ver hasta que se reuniese con su informador. Los capturaríamos a ambos y obtendríamos el máximo de información posible.

La primera parte de la misión se desarrolló sin novedad. El taxi nos dejó en un lateral de la mugrienta plaza y gracias a las fotos que teníamos no nos costó reconocer a Zaaryn, que incluso se había puesto un bigote postizo. En la plaza también había una pareja de antidisturbios fingiendo mantener el orden y multitud de estafadores, mendigos y muertos de hambre. Nada extraordinario. Sin embargo, cuando los dos wookies salieron del taxi cargados con sus armas y esas miradas aterradoras, nos convertimos en el centro de atención del gentío.

Zaaryn pasó junto a una pareja de cazadores trandoshanos y les miró brevemente. Uno de ellos asintió y sacó su arma de la funda. Vale, sin duda ese hombre era listo. Nada como tener guardaespaldas privados que conociesen la zona y pudiesen descubrir a un cuarteto de mercenarios intentando pasar desapercibidos. Drok, viéndose descubierto no sintió la necesidad de seguir disimulando: sacó su lanzagranadas y descargó una ráfaga sobre el soldado imperial más cercano. Con la otra mano lanzó una granada que tumbo al antidisturbios más alejado.

Los dos trandoshanos se adelantaron y vaciaron sus cargadores sobre Ko (que se centraba en seguir al oficial entre la atemorizada fauna local) y Gar. Quizás nuestra líder les ignoró sufriendo leves heridas en un hombro, pero el wooki descargó toda su fuerza sobre el más adelantado de los enemigos seccionándole una pierna en un único movimiento. Yo, en un momento de duda entre seguir a Ko o ayudar a Gar, no pude evitar ver que con los disparos se había roto la cerradura de una taquilla del Empire Global Bank. La abrí con más curiosidad que codicia y me encontré una bolsa llena de créditos. ¡Al bolsillo!. Este tipo de ganancias son privadas y no hace falta repartirlas. 

El sonido de los disparos llamaba mucho la atención y un droide sonda llegó por una calle lateral. Su primera ráfaga obligó a Drok a tirarse al suelo, lo cual no fue problema para que devolviese los disparos sin demasiada fortuna. A mi peludo compañero le gustan las granadas por algo: es más difícil fallar los disparos y el efecto es mayor. Mucho mayor.

El oficial imperial dobló una esquina justo en el momento en que llegaban más refuerzos: dos metamorfos clawditas y un trío de soldados de asalto. Si Ko le seguía se tendría que enfrentar a demasiados enemigos: tocaba correr para atraparla.

  ¿Estamos rodeados o nos marcan el camino?

Activé a Amaz con órdenes de apoyar a nuestra jefa mientras intentaba alcanzarla sin pisar a ninguno de los peatones que se retorcían por el suelo intentando ocultarse tras bancos y mochilas. Aprovechando que pasé por al lado del trandoshano cojo lo apuñalé asegurándome que no me molestase más. Me sentía muy orgulloso de eso, pero los wookies no pensaban quedar como meros comparsas.

Al primer antidisturbios Drok le aplastó el casco contra el pecho con un brutal golpe y luego dejó caer dos granadas. El imperial que había caído antes al suelo no volvería a levantarse (ni a cobrar un sueldo) y el último trandoshano tuvo que retroceder. Lo que dejó vía libre a Gaar para cargar contra el droide sonda y convertirlo en piezas de repuesto para clientes poco exigentes.

En el frente la situación era delicada: Ko tenía delante a tres soldados imperiales y los metamorfos llegarían en segundos. Me dio instrucciones con dos gritos y se lanzó contra el enemigo. Amaz avanzó con él y flanqueando a los soldados consiguió dejara uno tumbado y con un negro agujero entrando por su espalda y surgiendo por su pecho. El segundo recibió un disparo de Ko desde un metro que dejó un orificio del tamaño de una moneda de cinco créditos en su corazón. Luego la jefa se volvió a adelantar siguiendo al oficial imperial. El tercer soldado me disparó a mí sin mucho éxito y antes de poder apuntar con mayor precisión recibió un fuerte impacto del arma de Drok. ¡Los wookies nos habían alcanzado!.

Los metamorfos abrieron fuego sobre Drok y sobre mí. Amaz intentó avanzar contra ellos y no llegó a cinco metros antes de ser derribado. Sin embargo la distracción bastó para que el wookie consiguiese un buen ángulo y dejase mortalmente herido a uno de ellos. Viendo que que Zaaryn y Ko se dirigían a un callejón dejé aquel combate para ayudar a nuestra líder. No me giré tampoco cuando oí el grito de batalla de Gar mientras cargaba contra el segundo clawdita.

Divididos en dos grupos, intentamos cumplir nuestros objetivos: los wookies hicieron pedazitos al metamorfo restante y el soldado imperial rezagada y un pobre oficial acabaron alfombrando el suelo. Por nuestra parte, llegamos justo a tiempo de ver como el informante activaba un proyector holográfico y mostraba la imagen de un zabrak con un sable láser: ¡odio a los sith!. Apenas levantamos nuestras armas el informante dejó caer el proyector y se escabulló entre unos cubos de basura y la entrada trasera de un bar. Zaaryn, sin duda esperando refuerzos, se encaró con nosotros.


Los zabrak-dathomiris me parecen muy feos

Aunque me alcanzó una vez, el chaleco absorbió la mayor parte del impacto. Con el vibrocuchillo le herí en la muñeca y dejó caer su arma. Un disparo de la jefa en la pantorrilla le hizo doblarse y caer. Pero algo no iba bien. Le quité el bigote de un tirón y también se desprendió una máscara. ¡Era otro metamorfo!. Se incorporó de golpe y sacando un blaster de entre sus ropas nos disparó a Ko y a mí. En el estrecho callejón no pudimos cubrirnos bien y fuimos heridos. Pero mucho peor le fue al falso oficial: una ráfaga de Drokk desde veinte metros le destrozó un brazo y dejó malherido. Viéndose perdido suplicó clemencia.

- ¡Perdonadme! -imploró mientras se sujetaba el maltrecho brazo derecho con el malherido brazo izquierdo-. Solo soy un doble. Zaaryn sospechaba que podían estar vigilándole y me envió en su lugar. Pero el informador me ha confirmado donde será la visita real. Un guerrero llamado Maul y Zaaryn se encontrarán en unas semanas en un discreto motel de una estación de fuera del sistema. Tomad el proyector y perdonadme la vida.

Bien mirado, 400 créditos al día quizás no nos iban a compensar los riesgos que correríamos.