sábado, 9 de marzo de 2019

Imperial Assault: De las garras de la oscuridad

Misión II de la campaña El corazón del Imperio.


Recordatorio: dentro del orden natural de la campaña "normal" no tocaría hacer esta misión. Pero viendo la historia nos ha parecido más correcto jugarla ya.

Comentario de la partida propuesta

Los rebeldes han descubierto dónde están prisioneros sus agentes (ver aventura anterior) y nos envían a rescatarlos. Debemos entrar en la base imperial, superar las defensas informáticas y a la guarnición. La misión es normal (8 turnos). Pero el tener que visitar todos los terminales y luego las celdas te obliga a apurar el tiempo. Se tarda un mínimo de 2 horas (en nuestro caso, casi 2,5).

Los jugadores pueden ser incapacitados: solo tienen una acción y únicamente la pueden emplear para moverse. Vamos, que el jugador, aún perdiendo sus puntos de vida dos veces (ser herido primero, derrotado la segunda vez), no se retira del tablero.

Valoración de la misión

- Argumento: 14/20 - Está misión es una buena continuación a la misión inicial. Primero has investigado que les pasó a los espías rebeldes. Ahora los rescatas. El único fallo es que la historia principal no avanza. Seguimos sin saber nada del artefacto.
- Dificultad: Media. La principal dificultad es que se necesita activar los 4 terminales y eso implica dividir al equipo y correr.
- Claves (cuidado spoiler): el entrar en nuevas zonas se activan nuevos enemigos. El más peligroso de ellos, el último: un ingeniero de E-Web en la salida. Fundamental llevar gente con capacidades informáticas (para los terminales) y fuertes (para cargar con los prisioneros).


Centro de detención imperial


Comentario rolero

Apenas habían transcurrido 48 horas desde nuestra anterior aventura cuando recibimos una llamada de la exsenadora rebelde. Parece ser que nuestro éxito la ha convencido de nuestras capacidades y por fin se ha presentado: se llama Lamia Dodonna. Es familia lejana del ilustre (y llorado) General Dodonna. A indicación suya nos dirigimos a una luna cercana al Sistema de Coruscant y abordamos una nave de transporte animal.  Allí se nos presentó un agente rebelde enviado por Lamia con una suculenta oferta:

- Después del caos que habéis creado en el Sector 14, las fuerzas opresoras (quiere decir imperiales, pero los rebeldes son muy quisquillosos) han trasladado a nuestros agentes capturados a una instalación de detención especial. Sabemos que los tendrán allí 3 o 4 días, hasta que algún inquisidor sith decida interrogarlos. Después de eso -nos confesó con tono apesadumbrado- ya no hará falta rescatarlos.

Normalmente sería Ko, nuestra líder, quien aceptaría la misión en aras a la justicia, el bien y la recompensa. Pero Gaar, todavía con olor a tanque de bacta, deseaba vengarse de aquellos muñecos de plástico blanco que le habían lastimado. Después de un ligero regateo, que a mi me aseguraba tener suficiente dinero para pagar todas mis deudas en casinos de la mitad de los sistemas conocidos, aceptamos. El agente dijo que nos llevaría hasta la zona de seguridad donde estaban confinados los agentes. El transporte permanecería cerca para rescatarnos cuando le avisásemos. 




No todo el mapa es visible desde el principio

Actuar a plena luz nos parece demasiado arriesgado por lo que nos ocultamos en una cantina cercana hasta que oscurezca. Creo que los wookies son una raza muy afortunada: Tanto Ko como yo hemos perdidos todas las partidas de dados que hemos jugado. En cambio, siempre que Drok y Gaar tienen una mala racha y se enfadan, acababan recuperando su dinero.

Al anochecer mi cumplidor Amaz (ya sabéis, J4X-7 según su ITV) nos ha transmitido su informe: puntos de acceso, sistemas de alarma, barracones... todo cuanto necesitamos saber. Por desgracia, no será posible infiltrarse en secreto. Así que Drok se ofrece a colocar una serie de explosivos que tendrán ocupadas a las fuerzas exteriores mientras buscamos a los prisioneros.

Dicho y hecho, dos terribles explosiones (adiós generador de campos de fuerza de todas las puertas y centro de telecomunicaciones) crean la confusión justa para entrar por el acensor de servicio. ¡Como si fuésemos a trabajar!.

Al bajar al nivel 3 (el 1 y el 2 son dependencias administrativas) y abrirse las puertas del ascensor nos hemos encontrado a una patrulla de antidisturbios y un oficial muy desorientados. Ko ha liquidado al oficial con su primer disparo y los antidisurbios llevaban escudos personales no "granada proof". Gaar le ha empezado a meter bronca a su hermano por no dejarle nada que hacer cuando ha aparecido un droide que me ha disparado con malas intenciones. Una rápida carga y dos golpes de la vibrohacha del wookie han normalizado la situación de inmediato. Y se ha tranquilizado.

Me he contectado a la red interna para localizar la celda de los prisioneros. No está lejos, pero sin los códigos del oficial (ahora oficial jubilado permanentemente) tendremos que sabotear los cuatro servidores de seguridad de la planta. Eso nos va a retrasar mucho y no disponemos de tiempo. Los dos wookies iban a proponer algo cuando ha llegado una patrulla de soldados de asalto por un pasillo.

Sabiendo que cada segundo cuenta, Ko me ha señalado un pasillo y hemos avanzado. Drok y Gaar, ocupados destruyendo metro a metro el corredor por el que llegaban los refuerzos imperiales, han quedado rezagados.

La primera sala que hemos encontrado era un centro de interrogatorios. Con su silla de tortura, el instrumental y un soldado. Ko le ha disparado pero apenas lo ha tocado. Yo me he dedicado a manipular la cónsola del servidor. Cuando finalmente he conseguido forzar el sistema, he visto como Amaz aparecía por detrás del imperial y le atravesaba el pecho con un disparo desde medio metro de distancia.

Ko, siempre por delante y guiándonos

El siguiente corredor estaba desierto. Hemos podido avanzar rápidamente y mientras yo forzaba la segunda consola, Ko ha encontrado un medikit en un armario. Hemos destruido una puerta para seguir adelante cuando nos hemos quedado los tres petrificados (sí, Amaz también). ¡¿Desde cuando hay droides centinela mejorados en estos sitios?!.  Una figura metálica de más de dos metros de alto, con cañones blaster en lugar de brazos y blindaje mejorado nos estaba esperando.

En la distancia ya no se oían granadas ni gritos: o Drok y Gaar habían caído o se estaban quedando sin enemigos. Pobre consuelo en todo caso. Amaz ha caído décimas de segundo después, atravesado por cálidos rayos blaster. Ko se ha refugiado tras una columna y me ha dado fuego de cobertura. He saltado sobre la máquina con mis vibrogarras y he conseguido seccionarle una brazo antes de que me aplastase contra la pared empleando su propio peso. Cuando he recuperado la conciencia el droide yacía en el suelo sin cabeza. Ko acaba de utilizar el medikit conmigo y me animaba a reanudar la marcha. Cuando hemos llegado al siguiente cruce de pasillos nos hemos reencontrado con los wookies y todo un peloton de soldados que los seguía. Oyendo los disparos a mi alrededor he manipulado la tercera consola y me ha quedado el tiempo justo para reparar un poco a Amaz. Aunque ahora avanza renqueante más que levitando y solo funciona una de sus armas.

Siendo evidente que estos nuevos soldados procedían del exterior, se nos había agotado el tiempo. Ko ha derribado al primero de los enemigos y Drok, atacando a quemarropa ha derribado, pateado y ejecutado al segundo (ambos tienen estilos muy diferentes). Los otros dos han parecido dudar y se han retirado mientras esperaban refuerzos. Estaban camino del ascensor de salida.

Gaar ha destrozado la puerta que nos impedía avanzar y yo le he seguido. Un droide sonda nos esperaba al otro lado. Pero la incursión ahora ya era una carrera frenética para obtener lo que queríamos y largarnos. Esquivando como he podido al droide me he lanzado pasillo adelante dejando a Gaar con él. He conseguido localizar la última consola y manipularla. No he tenido un instante para alegrarme por el éxito cuando una descarga eléctrica me ha entumecido medio cuerpo: ¡otro droide sonda!. Empleando toda mi experiencia de combate he rodado sobre el suelo, me he movido entre los obstáculos que he encontrado y siempre en breves carreras cambiado de dirección. Supongo que por eso sigo vivo. Pero he perdido mi arma, Amaz también se ha sacrificado por mi y voy a tener que reservarme un tanque de bacta para mi solo durante una semana completa.

Con todos los servidores forzados Gaar ha podido emplear al droide sonda como ariete para abollar, machacar y finalmente derribar la puerta de la celda. Cuatro pasmados agentes (tres mujeres y un hombre, todos oliendo mal y con aspecto fatigado) nos han mirado sin ilusión. Estaban tan cansados que ni han intendado levantarse. Un fuerte rugido de Gaar ha conseguido atraer a Drok para que nos ayudase a llevar a los prisioneros. Y ojala me hubiesen podido llevar a mi también.

Con esa fuerza que da formar parte de una raza que se pasa el día trepando por árboles, levantando grandes pesos y alimentandose con megaraciones, cada uno de los wookies ha cargado con dos prisioneros. Lamentablemente, Gaar no ha visto que el hombre estaba encadenado a la pared y al tirar de él le he dislocado el hombro (vale, en realidad casi le arranca todo el brazo). Por un momento ha parecido que ya estaba todo controlado. Hasta que nos ha llegado la voz de nuestro líder.

- ¿Están bien los señores? ¿quieren que me siga ocupando yo de todo un regimiento enemigo?. - juraría que el tono era sarcástico.

Los dos wookies han ido a reunirse con Ko y se han encontrado la última sopresa del camino. Aprovechando las ruinas que las granadas de Drok habían creado, un ingeniero e-web había montado su precioso cañón pesado y barría el pasillo. En momentos así casi preferirías haberte encontrado un sith con su espada de colores.

"Pequeños" problemas en nuestro camino

Nuestro nuevo oponente estaba perfectamente cubierto, con un excelente ángulo de visión y protegido por varias patrullas en los pasillos laterales. Así no había forma de avanzar. Sin tener tiempo de elaborar un plan, Drok ha cargado contra la posición enemiga mientras lanzaba una granada de humo y gritaba con entusiasmo. Ver al inmenso wookie corriendo mientras cargaba con dos humanos y lanzaba granadas ha conmocionado a nuestro oponente que ha dudado tres segundos. Segundos en los que Drok ha avanzado quince metros, entrado en un pasillo lateral y atravesado la fila de estupefactos soldados imperiales. Ni les ha disparado. Mientras se volvían a levantar y recuperaban sus armas los enemigos, ha llegado al ascensor y los demás le hemos seguido.

Pero no todo podía ser tan perfecto. Estando yo tan tocado me he rezagado y el ingeniero e-web ha tenido tiempo de barrerme con una tanda de disparos. Ahora que he recuperado la conciencia tengo mi propio tanque de bacta y sé que Ko también ha acabado cargando con alguien. Aunque no fuese uno de los prisioneros. ¡Gracias jefa!.

¡Ah!. Los agradecidos agentes rebeldes nos han contado algo muy interesante. El historiador que queremos encontrar, el especialista en ruinas y artefactos de la fuerza, se llama Lorn. A ver si son capaces de encontrarlo sin meterse en más líos.