domingo, 31 de mayo de 2015

Idiosincrasias: Melniboné

Intentando utilizar el blog para dar mayor coherencia a nuestra historia, creo que ha llegado el momento de tratar temas de “macro contexto”. Y uno realmente importante es la idiosincrasia de las diferentes culturas o facciones que forman los Reinos Jóvenes, pues son el contexto básico para entender las reacciones y motivaciones de los diferentes personajes que irán pareciendo a lo largo de la historia de EODLD.

Empezaremos por la más poderosa de la esfera, Melniboné.

Curiosamente, si lo analizáramos bajo el prisma del número de personas, esta sería de la menos significativa. Pero si lo hacemos desde un punto de poder por entidad, sin duda está a años luz del resto de las facciones.

En este punto, hay que aclarar una cosa. Vamos a ver la interpretación de la saga EODLD de Melniboné, que es algo diferente a las obras originales escritas por Michael Moorcock.

En Elric se nos presenta un Melniboné en un perpetuo ocaso de su civilización. Son tan poderosos como en EODLD, pero viven aislados del resto de sus vecinos. Son una nación narcotizada por su propia desmesura y embelesados con la contemplación de su historia gloriosa y sangrienta. Tienen el poder para someter al resto de pueblos, pero… ¿Para qué van a rebajarse a mezclarse con seres tan primitivos y desdeñables?. En el Elric original es casi imposible ver melniboneses fuera de su Isla del Dragón y aunque todos les temen, prácticamente se han convertido en difusas leyendas para la mayoría de los habitantes de la esfera, que tienen que atender a peligros menos glamurosos pero más presentes, como los pantagnianos, las guerras feudales y los miles de criminales que azotan los habitantes de todas las naciones.

En EODLD se ha optado por una forma más “activa” de los hijos del dragón. Siguen teniendo una visión de superioridad absoluta sobre sus vecinos. Ese punto, incluso en los casos más tolerantes, es común a todos los habitantes de Melniboné. En lo que ya empiezan a diferir es en la posibilidad de compartir existencia con los habitantes del resto del mundo.

Hay una poderosa facción, encabezada por los nobles guerreros de rancia tradición y personificados en el mariscal Darcia, que creen que el resto de pueblos deben ser sometidos, diezmados y los supervivientes esclavizados sin posibilidad de ascender en ninguna escala social. Estos representantes de la “línea dura” son aproximadamente una cuarta parte de los melniboneses. Aquí sólo se incluyen las líneas de sangre “puras”, pues la opinión de mestizos no cuenta para nada en la sociedad de Imrryr. Por supuesto, de los esclavos humanos, no hace falta ni referirse.

Pese a no poseer una cifra mayoritaria de seguidores, los defensores de estas posiciones radicales son los que tienen un peso específico mayor en el equilibrio de poder melnibonés, pues todos ellos pertenecen o a la nobleza o rangos militares superiores. De hecho, la organización del ejército hace coincidir en muchas ocasiones estas dos facetas, pues los caballeros nobles melniboneses suelen entrar con rangos elevados en el ejército y tienen a su alcance ascender rápidamente. Es un sistema parecido a la edad feudal europea, pero en este caso, en vez de formar pequeños ejércitos a cargo de cada casa nobiliaria, en el Melniboné de EODLD, pasan directamente a formar parte de la mega estructura del ejército, de forma organizada y situados en una cadena de mando que depende en última instancia del emperador. De esta forma, se ha eliminado la posibilidad de rebelión por parte de sus ciudadanos ilustres. Es imposible que ninguna estirpe melnibonesa, por poderosa que sea, se enfrente a la estructura ya establecida, pues el resto de familias y el emperador forman una unidad de poder insuperable.

La escasa presencia de militares de alto rango que hayan sido capaces de acceder desde los linajes menos poderosos y la radicalidad de los mandos superiores han generado un caldo de cultivo de idearios ultra fascistas al que pocos nobles pertenecientes al ejército escapan. Curiosamente, en los tiempos de EODLD, el actual emperador, Lasirius, es más tolerante de lo esperado, lo que le lleva a tensiones con Darcia y sus acólitos y a un “gobierno en la sombra” por parte del mariscal, no enfrentándose nunca directamente a su soberano, pero realizando numerosas actividades y misiones al margen del mismo. Ese hecho no pasa desapercibido a Lasirius y en la propia obra de EODLD veremos cómo utiliza a personas de su confianza, como Magnus o Morsaga para realizar misiones sin tener que pasar por la cadena de mando dependiente de su mariscal. La hechicera no pertenece al ejército y el veterano comandante dirige la sección de exploradores, una unidad con elevada autonomía dentro del propio ejército imperial.

No obstante, la mayor parte de los melniboneses, podría considerarse heredera de los “originales de Moorcock”. No quieren saber nada del mundo exterior y son afines al primer grupo expuesto, pero están demasiado ocupados con sus caóticos y retorcidos divertimentos y no ven nada que les atraiga en el mundo exterior. Más de la mitad de los habitantes de Imrryr estarían incluidos dentro de este grupo de clara tendencia nihilista en lo que se refiere a las relaciones de su nación con el resto de habitantes del mundo. Desprecian a las otras culturas, pero no están dispuestos al sacrificio de una guerra para someterlas o erradicarlas.

Darcia es sabedor de esta situación, pero también tiene la convicción de que, en caso de sentirse amenazados o despechados por el resto de pueblos, el orgullo melnibonés rebrotará con fuerza en esta mayoría acomodada y contemplativa, pasándose con facilidad a las teorías más radicales que él y los suyos defienden. Una peligrosa mayoría durmiente, que será más fácil de convencerlos de tomar decisiones drásticas que de relajar su actitud beligerante con los Reinos Jóvenes.



Por último, la parte menos numerosa de los melniboneses tienen una visión aperturista y seguramente más realista que las dos anteriores. Esta facción no tiene un líder visible, como ocurre con su némesis, encabezada por Darcia, pero se podría decir que Magnus, un noble que llegó a comandante y caballero dragón es su inspiración más significativa.

Son pocos pero su número va en aumento. No hace falta ser un genio para darse cuenta que la endogámica cultura melnibonesa, por poderosa que sea, está condenada a la desaparición si sólo es capaz de mirarse hacia ella misma.

Son un poderoso pueblo que considera que ya ha hecho todo lo que debía hacer y que ha dominado los más terribles poderes y sometido las fuerzas mágicas de la esfera a su antojo. Pero eso fue hace siglos y desde entonces se han sentado en su torre de marfil, elevándose por encima del mundo y observando al resto de habitantes con autocomplacencia y haciendo…nada.

Estos, llamémosles “aperturistas” quieren conocer el resto del mundo. Se siente superiores, sí, pero entienden que hay muchas cosas que aprender fuera de la isla. Tecnología, filosofía, comercio, artesanía. El inicio del comercio con los Reinos Jóvenes trajo la curiosidad de algunos melniboneses, que piensan que debe haber algo más en la vida que distraerse con sádicos pasatiempos y retorcidos espectáculos. Su civilización es la más poderosa, pero se ha estancado y a la larga, eso será su perdición. Los aperturistas creen que es necesario conocer otras culturas y modos de vida. Y no por ello son menos patriotas que el resto de sus camaradas, pues para ellos, esta actitud es la única forma de salvar Melniboné de su decadencia inexorable.

No hace falta decir que Darcia y sus seguidores odian a estos compatriotas y los consideran poco menos que traidores, sediciosos y el peligro principal para su modo de entender la Isla del Dragón. Harán todo lo que esté en su mano por desacreditarlos delante del resto de melniboneses y convencer a la gran mayoría que ellos son su única forma de conservar el estilo de vida tradicional de Imrryr.