Mucho antes de que AMC pusiera (por enésima
vez) de moda a los muertos vivientes, con su Walking Dead o que Telecinco
creara su propia legión de zombies descerebrados en el mundo real con sus 18
horas diarias de Sálvame, estas figuras recurrentes de las historias de terror,
ya tenían un dueño y amo que se pierde en los orígenes de la historia escrita
de la civilización. Me estoy refiriendo al nigromante (o necromante, que
practica la necromancia, palabra derivada de necros “muertos” y mancia “adivinación”).
Tal vez el origen de este icono siniestro lo
podamos encontrar en la antigua civilización egipcia, con su obsesión con la
vida después de la muerte y toda la parafernalia monstruosa y cautivadora de
sus monumentos mortuorios y el culto a los dioses que controlaban la otra vida
(Ra, Osiris, Horus y decenas de otros mitos, que varían según el período de
esta civilización). Posteriormente en la propia Biblia aparece la figura de la Bruja de Endor (no, no
salen ositos de peluche en la Biblia, ese es otro Endor), una mujer que habla
con el espíritu del difunto profeta Samuel, a petición del rey Saúl.
Posteriormente, tanto en la época anterior a la
Edad Media, por parte de la mitología nórdica (ejemplo, la princesa Skuld, que
retornaba los guerreros caídos a los campos de batalla), como ya en pleno
apogeo de la oscura Europa medieval, empieza a tomar fuerza la figura de un
poderoso ente que controlaba las magias oscuras del Más Allá. Y aunque en algunas
mitologías pudiera tener un matiz “positivo”, la literatura europea acaba por
perfilar lo que en adelante se conocerá como nigromante y que será el
responsable de todas las aberraciones que han convivido en la imaginación
colectiva de las historias de terror clásicas, con sus muertos vivientes,
gouls, momias, espíritus condenados a vagar en la nada, fantasmas, apariciones
y en general, con todo aquello que, una vez muerto, vuelve y lo hace para
cumplir los maléficos designios del brujo que lo retorna al mundo de los vivos.
Y, con perdón, pero no puedo dejar de trazar
un paralelismo evidente, entre estas historias fantástico-terroríficas y unos
hechos que vienen sucediendo últimamente en el mundo real (una definición que
cada vez le viene más grande al mismo). Me refiero al retorno de antiguas
figuras artísticas al mundo del espectáculo… después de muertas.
Y ha habido ya muchas (aquí
están las más sonadas), pero quizás la más (en mi opinión) preocupante fue
la de Michael Jackson en los premios Billboard de 2014. Quizás para los
bienintencionados no sea más que un homenaje espectacular a un mito (para
muchos EL mito) del Pop, pero creo que
deja muchas preguntas en el aire… y analogías evidentes con la denostada
nigromancia que se describe en las novelas fantásticas (en este segundo libro
de EODLD, tiene mucho más peso, por cierto).
Michael Jackson fue un artista controvertido.
De todos es sabido que, en un momento concreto de su carrera se “rebeló” contra
Sony Music y acabaron partiendo peras. No entraré en detalles que desconozco,
pero a grosso modo, la gallina de los huevos de oro decidió que tenía derecho a
ser el gallo y a partir de ahí, la relación del cantante/compositor con las
discográficas se fue deteriorando hasta llegar a ser insostenible.
Posteriormente llegaron las acusaciones de abusos a menores, la caída y en
resumen, la “liquidación artística” de Jackson, antesala de un retorno a los
escenarios tardío y que acabaría en tragedia con la muerte del mismo. Y aquí
finaliza la historia del hombre que fascinó a la humanidad con su música y
videoclips pioneros… ¿O tal vez no?.
En la actualidad la tecnología ha substituido
a la magia. Todo lo que antes se hacía con “magia”, ahora se realiza de forma
mucho más eficiente con ciencia. ¿Acaso no había magia oscura, porque no va a haber
“ciencia oscura” pues?. Y si hay algo que parece cosa de auténtica brujería en
los días actuales, eso es los efectos digitales (no en vano, vienen de la magia
más oscura que existe, la informática, por si no lo sabían).
Así pues, ¿cómo vamos a desaprovechar la
oportunidad de retornar a un mito como Michael Jackson?. MEJOR AÚN. Lo
retornaremos y no se rebelará contra nosotros, será servil como el robot
digital que en realidad hemos concebido. Y la gente lo continuará adorando, no
por lo que nosotros, modernos nigromantes, hemos conseguido con nuestra
tecnología oscura, sino por lo que fue, lo que se trabajó él en su vida mortal
y que ahora nosotros disfrutaremos en su inmortalidad digital.
Y encima, más guapo y eternamente joven, no como las chapuzas esas de los espectros de los antiguos nigromantes, que daban bastante asquito. Si Del-Sabat levantara la cabeza… fundaría una empresa de efectos digitales, no lo duden.
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