domingo, 20 de octubre de 2013

Elric de Melniboné, la novela

Dentro del mundo dedicado a la narrativa fantástica, numerosos autores han alcanzado una indiscutible fama. Michael Moorcock es un gran ejemplo de ello. Nacido en Londres al empezar la Segunda Guerra Mundial, ha dedicado toda su vida a la publicación de novelas de fantasía y ciencia ficción, además de haber colaborado en la edición de revistas del sector. Posee varias sagas (o colecciones de libros) conocidas por los amantes del género:  la de Dorian Hawkmoon, las dos trilogías de Corum y, por supuesto, la saga de Elric de Melniboné.

Sobre el ciclo de novelas de Elric de Melniboné, resulta curioso su orden de escritura y el de lectura. Organizadas cronológicamente (según lo que narran), las obras deberían leerse en el siguiente orden:

“Elric de Melniboné” (1972)
“La Fortaleza de la Perla” (1989)
“Marinero de los Mares del Destino” (1976)
“El misterio del Lobo Blanco” (1977)
“La Torre Evanescente” (1970)
“La Venganza de la Rosa” (1991)
“La maldición de la Espada Negra” (1977)
“La Portadora de Tormentas” (1965)

Pero, lo sorprendente es que la primera que escribió es la que debe leerse al final, pues realmente cierra la colección. En cualquier caso, mi intención hoy es comentar la primera que debe leerse para una ideal comprensión (aunque la escribió en tercer lugar).


ELRIC DE MELNIBONÉ
El libro narra las aventuras de Elric, descendiente del linaje de emperadores de Melniboné. Los melniboneses son una nación de poderosos hechiceros y  guerreros que dominaron el mundo en el pasado, si bien ahora viven encerrados en su isla, recordando la pasada gloria en un ambiente decadente. El protagonista absoluto de la obra es el propio Elric, un personaje extraño dentro de su mundo: no comparte los valores morales de su pueblo ni tampoco los rechaza, pues es su máximo representante. En cierto modo, su cuerpo, débil y carente de energías, refleja la realidad de su nación, pálido reflejo de su insigne pasado.

La obra es de fácil lectura y sencilla comprensión. Está estructurada casi como un manual, dividida en libros y estos en capítulos, todos de breve extensión. La novela, escrita con letra pequeña, ocuparía apenas un centenar de páginas. Los propios títulos de cada capítulo dan una rápida idea de cual es su contenido, facilitando más adelante saber donde buscar información sobre Grome o los Señores del Caos. La forma en que se introducen los diferentes temas es progresiva  y bien organizada: desde la explicación de como es Melniboné hasta sus costumbres, situación real y el desarrollo de las aventuras, justificando a aliados y enemigos.

Las descripciones son bastante ágiles, sin llegar a los extremos de ser casi inexistentes como en otros autores. La gama de personas es limitada: hay dos protagonistas principales y cuatro o cinco secundarios. Pero eso no debe engañarnos, pues de fondo van apareciendo nuevos reinos, novedosas magias y criaturas de gran poder. En los siguientes libros los hay que repiten, otros desaparecen y se manifiestan muchos más. Pero desde la segunda hoja, ya quedan pocas dudas sobre quien es el protagonista.

Finalmente, el tono de la novela es maduro, sin perder su ligereza. Puede haber sexo o dolorosas muertes, pero la narración pasa por encima de estos temas sin darles mayor importancia. Es una novela donde los diálogos llevan la mayor parte de las explicaciones y guían al lector. El núcleo de la historia son las relaciones entre Elric y dos hermanos: la hermosa Cymoril y el intrigante Yykoon. Personalmente, lo que más me gusta de la novela es el eterno debate sobre si el destino ya está escrito o lo podemos controlar. Si le preguntásemos a Elric, su opinión cambiaría en cada libro.
¡Ah! un aviso. La novela, cuando acaba, deja cerrado todo lo que ha sucedido en el libro. Pero también sugiere abiertamente que pasarán más cosas. No es uno de esos libros que al acabarlo estés obligado a leer el siguiente para entender el final. Mas te queda muy claro que el final no es el que acabas de leer. Puede resultar algo confuso, pero para los lectores habituales de sagas quedará muy claro: los libros tienen pleno sentido individualmente. Leyéndolos de forma conjunta lo que consigues es una más completa comprensión de todo.

Os recomiendo la lectura a todos. Un saludo!

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